«Al final la vida se escapa, se trata de encontrar el valor más que el tiempo y el dinero, eso luego, de cualquier manera, lo consigues». Esta es la filosofía de Ana y Alberto, la que les ha llevado a recorrer medio mundo en bicicleta. Ahora vuelven a montarse en las dos ruedas en tándem por una causa solidaria: recaudar dinero para el trabajo que lleva a cabo Médicos Sin Fronteras.

Ayer mismo partieron hacia África con el objetivo de recorrer 1.200 kilómetros y por cada km alcanzando reunir un euro que se destinará a la ONG. De momento, antes de comenzar la travesía, ya habían conseguido casi 800. Los interesados pueden aportar su colaboración en la web: https://iniciativassolidarias.msf.es/pardenomadas-con-msf.

«Desde siempre hemos tenido inquietudes por colaborar en proyectos de ayuda humanitaria, esta es la primera vez que lo hacemos con MSF, nos hemos informado y nos gusta la labor que desarrollan», explica Alberto. «Además de viajar queríamos hacer algo más y esta ONG permite de una forma muy sencilla que los individuos puedan emprender iniciativas solidarias y los ciudadanos puedan colaborar a través de la plataforma web», añade.

Ana y Alberto emprenden este viaje después de haber recorrido América Latina y Malasia, viajes que están plasmados en una original web llamada Pardenómadas. «Durante nuestro viaje panamericano, al que dedicamos un año, realizamos alguna acción solidaria, como los cuentacuentos en escuelas rurales, pero no tiene nada que ver con lo que pretendemos hacer esta vez, este es un proyecto mucho más ambicioso», detalla Alberto.

Este par de viajeros afirma que la bicicleta les enganchó en su primer reto. «Para nosotros es un medio, no un fin, no entrenamos antes de empezar un viaje ni determinamos cuántos kilómetros debemos hacer en un día. Lo vemos como un medio de transporte, menos invasivo con el medio ambiente que nos permite tener un contacto directo con la naturaleza y si nos cruzamos con una persona local, entablamos conversación o estamos a gusto nos quedamos más tiempo», señala.

Este nuevo reto por África a favor de Médicos Sin Fronteras tiene una duración de unos veinte días. La pareja dedica a esta iniciativa las vacaciones de sus respectivos trabajos, a diferencia de sus anteriores experiencias en las que abandonaron sus puestos laborales y buscaron otros nuevos al regresar a España.

«¿Cómo se puede hacer algo así? Pues cuando decides tomarte un año sabático debes escoger qué quieres hacer, tienes unos recursos condicionados, porque o gastas muy poco durante el viaje o has ahorrado mucho previamente. Nuestro presupuesto diario es lo mínimo imprescindible, acampamos, y claro, el confort se reduce al máximo también, hay mucha gente que trabaja durante el vieja pero no es nuestro caso», afirma Alberto, que añade que esta experiencia será más breve y diferente a las anteriores.

En el futuro, el sueño de esta pareja de La Nucía es completar la ruta de la seda hasta China. De momento, pedalean por las tierras africanas con la vocación de buscar nuevas emociones y además, contribuir a la causa de Médicos Sin Fronteras.