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Benidorm

El grupo inversor interesado en el Selomar pierde la licencia para reformar el edificio

Benidorm extingue el permiso de obra otorgado a la familia Tabarot al transcurrir seis meses sin que haya iniciado la actuación en el antiguo hotel, situado en primera línea de playa

El inmueble que ataño albergó el emblemático hotel Selomar luce una imagen desoladora DAVID REVENGA

Una herida abierta frente a la turística playa de Levante. El esqueleto del edificio que en su día albergó el emblemático hotel Selomar de Benidorm seguirá, al menos por un tiempo, a la vista de cualquiera que visite la zona. Así se desprende de un decreto de Urbanismo, al que ha tenido acceso este diario, en el que se aprueba incoar el expediente de caducidad de licencia de obra otorgada a una mercantil para la rehabilitación, conservación, mejora y modernización de este inmueble. O lo que es lo mismo, el grupo inversor francés, interesado en adquirir este edificio, ha perdido el permiso municipal para reformar el que antaño fuera uno de los alojamientos con más prestigio de la capital de la Costa Blanca, cuya titularidad sigue en manos de la familia Almodóbar, de la que forma parte el actual senador del PP, Agustín Almodóbar.

El hotel Selomar cerró sus puertas hace casi una década, en 2007. Desde entonces, su imagen se ha ido degradando. El fuego desatado en el edificio hace ahora un año todavía vino a estropear aún más la imagen del edificio. Mientras tanto, los propietarios no han logrado alcanzar un acuerdo para cerrar su venta, pese a que ofertas no han faltado. La última que se puso encima de la mesa fue la propuesta de la familia Tabarot, como ya publicó este diario.

La mercantil Malissandre Development Hoteleir SL, propiedad de uno de los hijos del empresario francés Roch Tabarot, llegó a presentar un proyecto de reforma ante el Ayuntamiento de Benidorm para obtener la licencia de obra. No obstante, cabe destacar que todo este trámite se realizó sin que el grupo inversor interesado en adquirir el inmueble hubiera cerrado la operación con los Almodóvar, al menos de forma oficial, como ya publicó este periódico.

Con todo, el Ayuntamiento benidormense otorgó el permiso a los Tabarot para actuar en el edificio, el pasado mes de febrero. Sin embargo, los trabajos para adecentar el inmueble no han llegado ni siquiera a arrancar.

Una circunstancia que obliga, por imperativo legal, a dar por extinguido el permiso de obra otorgado a los Tabarot, como se expone en el decreto al que ha tenido acceso este periódico. «En el apartado segundo del acuerdo consta expresamente que, de conformidad con el artículo 32 de las Normas Urbanísticas del PGMO, la licencia se declarará caducada, salvo las posibles prórrogas, si no se comienzan las obras en el plazo de seis meses desde la notificación», se concreta en el informe técnico en el que basa la decisión el área municipal de Urbanismo. O dicho de otra forma, el grupo interesado en adquirir el hotel ha perdido el derecho a rehabilitarlo, salvo que el Ayuntamiento contemple dar una prórroga.

Solicitud de suspensión

Algo que, a priori, parece casi imposible teniendo en cuenta que el arquitecto municipal ha emitido un informe «desfavorable» a la solicitud de la mercantil sobre una posible prórroga. «No se considera suficientemente justificada», concluyendo que se inicien los trámites administrativos para la caducidad de la licencia, se expone en el decreto.

Pese a ello, la mercantil francesa todavía tiene un plazo de quince días para presentar alegaciones e intentar revertir la situación. De momento, ya ha mostrado que su interés por reformar y proceder a la reapertura del Selomar sigue en pie. Prueba de ello es la solicitud que ha trasladado reclamando una prórroga de la licencia, que por ahora, ha sido rechazada.

Además, como se detalla en el decreto, el titular de la mercantil interesada ha trasladado un escrito del que «se desprende la existencia de conflicto generado tras el incendio acaecido en fecha 04-10-15 entre la titular de la licencia y copropietarios del inmueble, "pendiente de resolución judicial"». Por lo que, la venta se habría judicializado, encallando de esta forma la más que necesaria reforma planeada sobre este mítico edificio de la ciudad.

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