Dos fechas quedarán marcadas para siempre en la memoria de Agustín Aliaga y Juani Sánchez. La primera, el 17 de febrero de 1979, cuando contrajeron matrimonio e iniciaron una vida en común que les ha dado como fruto dos hijos; la segunda, el 19 de septiembre de 2016, el día en el que el anillo que ella entonces le entregó a él volvió a manos del novio después de permanecer 37 años sumergido en el fondo del mar.

El bar de Zaragoza que ambos regentan fue ayer el escenario en el que esta pareja volvió a darse un «sí, quiero» simbólico gracias a Jessy Cuesta, la instructora de buceo que a mediados de agosto halló una alianza de boda en el fondo marino de la isla de Benidorm mientras instruía un bautizo de mar. Al principio, pensó que se trataba de una lata de refresco, pero al cogerlo y limpiarle el sedimento que tenía adherido, descubrió que se trataba de una sortija de boda con una fecha y un nombre inscritos en su interior. E inició una cruzada por Facebook para intentar encontrar a su propietario y poder devolverle lo que ella misma denomina como su «primer tesoro rescatado del mar».

Una llamada y una foto con el otro par del anillo confirmaron hace dos semanas que la alianza pertenece a Agustín. La perdió en el verano de 1979, a los cinco meses de casarse, en una excursión a la isla con su recién estrenada mujer y sus suegros. «Una de las veces que entré al mar a bañarme, se cayó el anillo y cuando me di cuenta, me volví a meter para buscarlo pero no hubo manera de encontrarlo», explicaba días atrás Agustín, tras conocer que muy pronto, este «tesoro» volvería a sus manos.

Y ayer fue el día. Jessy y su marido cruzaron la distancia que separa Benidorm y Zaragoza para entregarles en mano la alianza. «Ha sido muy curioso y muy emocionante», contó ayer llena de alegría la buceadora y, también, sorprendida por el revuelo mediático que ha generado su historia. «Al principio hemos tenido nuestras dudas, pero Agustín se ha probado el anillo y todavía le estaba después de tantos años», agregó.

Los dos matrimonios, junto a uno de los hijos de Juani y Agustín, comieron juntos para celebrarlo. Y, regalo por regalo, ellos le entregaron a Jessy un ramo de flores y un décimo para el sorteo del Gordo con el número 17279, la fecha del enlace. «Si hemos tenido suerte una vez, por qué no dos». Quién sabe.