Más de 700 alumnos de Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos vivieron ayer el inicio del curso en el IES Pere Maria Orts i Bosch de Benidorm con más de una veintena de barracones diseminados por el patio y sin que Educación haya retomado las obras para finalizar las obras de ampliación y reforma del centro, que llevan paralizadas cinco años. Ésta fue una de las notas negativas de la jornada, que se suman a los trabajos pendientes en otros dos centros educativos: la retirada del techo de amianto del colegio público Vasco Núñez de Balboa y el acondicionamiento del nuevo comedor en el colegio Leonor Canalejas, después de que la pasada semana se decretara el desalojo del bloque en el que se ubican la cocina y el comedor por los problemas estructurales.

Al margen de esto, la primera jornada lectiva se desarrolló sin incidentes destacables en los catorce colegios y cinco institutos sostenidos con fondos públicos en la ciudad. Este año, figuran matriculados cerca de 5.000 escolares en Infantil y Primaria, por otros casi 4.000 en Secundaria, Bachillerato y FP, según los datos de la Concejalía de Educación.

Para el primer día de vuelta a las aulas, el Ayuntamiento desplegó un dispositivo de más de 25 agentes de la Policía Local. Por lo que respecta al transporte escolar de los estudiantes de Secundaria en el complejo educativo del Salto del Agua, el alcalde y edil de Educación, Toni Pérez, explicó que el Ayuntamiento ha adoptado «medidas extraordinarias para garantizar, en la medida de lo posible, la universalidad del transporte para todos los estudiantes excluidos por el nuevo sistema de la Conselleria», que deja sin ayudas a aquellos que vivan a menos de 3 kilómetros de su instituto. El alcalde ha indicado que en los primeros días de clase se asumirá el transporte de todos los alumnos y, una vez que se conozca el número de estudiantes becados, el Ayuntamiento bonificará a todos los que se han quedado fuera de estas ayudas.

En otros municipios de la comarca, el inicio del curso también discurrió sin incidentes. Al margen de las precarias infraestructuras que siguen padeciendo los escolares de los colegios Gasparot y Doctor Esquerdo de La Vila, íntegramente en barracones, y los del IES Marcos Zaragoza, en esta misma localidad, donde también se imparten clases en prefabricadas.