Cientos de turistas se han visto obligados a recoger sus toallas y plegar las hamacas ante la tromba de agua que ha sorprendido esta mañana a Benidorm. Así, muchas personas han optado por utilizar las sombrillas e incluso las colchonetas de improvisados paraguas con el fin de refugiarse de la lluvia.

Las playas de Levante y Poniente se han quedado vacías a excepción de algún bañista que se ha atrevido a desafiar al mal tiempo. Un aguacero inesperado que ha llenado los bares y comercios más cercanos a los arenales benidormenses para alegría de los dueños de los establecimientos. Así las cosas, los turistas han optado por tomarse una caña o un café a cubierto al no poder disfrutar del sol y playa.