Es un elemento más del paisaje de Benidorm. El cable-ski de la playa de Levante está de celebración esta semana, y ayer no había forma de que pasara desapercibido. La instalación acuática cumple 50 años desde que se inauguró en la ciudad de los rascacielos, en aquel entonces, un pequeño pueblo que cada día crecía a lo ancho y alto de la localidad. Por ello, miles de bañistas se dieron cita ayer durante todo el día para ver el espectáculo que tenían montado en la zona. Para conmemorar la efeméride, el cable-ski de Benidorm acogió el campeonato de España de Cable-wakeboard, Wakestake y Mono-slalom. El certamen se prolonga al día de hoy, que habrá una participación abierta donde los usuarios podrán subirse a la instalación con pelucas y disfraces, como viene siendo habitual.

Los alrededor de 70 participantes realizaron multitudinarias acrobacias en el agua que dejaban boquiabiertos a los bañistas, impresionados y sin parar de mirar en toda la jornada a los deportistas. Un éxito teniendo en cuanta que el máximo de participantes de la competición estaba en 50.

Una manera llamativa de celebrar el medio siglo que cumple esta instalación en el mar de Benidorm, la primera en el mundo sobre el agua, y la única, ya que el resto están levantadas sobre lagos o recintos cerrados.

Una experiencia cuya idea presentó Bruno Rixen y fundó Humberto Armas. La finalidad era que se pudiera acercar esta modalidad a todas las personas, ya que en aquel entonces sólo se lo podían permitir los más pudientes que contaran con una lancha para propulsarles. Desde aquellos años, la infraestructura ha recorrido 3 millones de kilómetros por sus cables, sujetados por cuatro torres unidas entre sí a lo largo de los 1.000 metros cuadrados de perímetro con los que cuenta el recinto.