Benidorm ha sido una ciudad pionera en muchos sentidos. Fue la primera del país en levantar grandes rascacielos o permitir el uso del bikini en plena época franquista durante el «boom» turístico de hace cinco décadas. Y ya entonces la ciudad apostó por ampliar su oferta de sol y playa y albergar una instalación de deporte acuático pionera en todo el mundo que ayer cumplió medio siglo. Se trata del Cable-Ski de la playa de Levante. Una infraestructura que, a día de hoy, sigue siendo única ya que se levanta sobre el mar mientras que los dos centenares de circuitos que se reparten por todo el mundo se construyeron en lagos o recintos cerrados.

De ahí que el Cable-Ski de Benidorm tenga tanta popularidad y reciba cerca de 9.000 usuarios cada año. Hay que tener en cuenta que se trata de un circuito de 1.000 metros cuadrados, con 4 torres unidas entre sí mediante un cable que permite hacer esquí náutico sin la propulsión de barco. Con su actual tamaño, tecnología y sistemas de seguridad, pueden practicar hasta 12 esquiadores al mismo tiempo.

Apuesta adelantada

En este tipo de instalaciones se pueden practicar disciplinas como el esquí acuático. Un deporte que hace cincuenta años tan solo podían permitirse los más pudientes, ya que se necesitaba una lancha para la propulsión. Sin embargo, la apertura de esta instalación en Benidorm ayudó a popularizar y democratizar este tipo de prácticas, como recordaron ayer los impulsores de esta iniciativa, Humberto Armas y Bruno Rixen, que ayer por la tarde acudieron al acto de conmemoración del aniversario del Cable-Ski de Benidorm. Un evento al que asistieron representantes del sector turístico de la provincia y del mundo político para celebrar medio siglo de actividad en los que la instalación ya ha recorrido más de 3 millones de kilómetros de esquí náutico.

Competición nacional

Además, durante este fin de semana el Cable-Ski de Benidorm acogerá el campeonato de España de Cable-Wakeboard, Wakeskate y Mono-slalom que congregará a un gran público de esquiadores en la ciudad.