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Benidorm

El inexistente Mirador de Punta Llisera

El convenio contemplaba la instalación turística antes que el edificio Gemelos 28

El inexistente Mirador de Punta Llisera

Hace casi tres décadas que empezó el periplo de las construcciones en la zona de Punta Llisera de Benidorm. La promotora de las dos torres de 22 alturas «Gemelos 28»Gemelos 28 obtuvo la licencia de obras en 1988, -al final de la franja marítima de Levante, junto al Rincón de Loix-. Hace una década que comenzó a construirse el complejo residencial, mismo tiempo de espera para que se coloque la primera piedra de ese mirador, ya que tendría que estar finalizado antes de obtener el permiso de ocupación de las torres. Éste lo firmó el alcalde socialista, Agustín Navarro en junio de 2011. Ahora, 28 años después del primer paso y con las edificaciones ya habitadas, el mirador no está, pero sí se le espera. Eso sí, sin fecha de inicio.

La concejal de Urbanismo, Lourdes Caselles, indicó que lleva meses esperando a que Costas conteste a la solicitud de los informes sectoriales con el fin de tener un veredicto oficial que le dé viabilidad, ya que invade el área de servidumbre marítimo-terrestre. Según la regidora, con el antiguo gobierno del PSOE y Liberales no se había pedido esta documentación. Además, Caselles señaló que también han solicitado una reunión con Conselleria de Medio Ambiente puesto que está dentro del área de influencia del Parque Natural de Serra Gelada, y así concretarían si afecta al mismo. Cita aún sin fecha, tal y como afirma la edil.

En cuanto al tema económico, la promotora responsable, vinculada al Grupo Ballester, ya presentó en su momento al Ayuntamiento el aval bancario de 1.035.000 euros, «por lo que este tema no me preocupa», dijo la regidora.

«De estética análoga al Castillo»

En un principio, el recinto turístico debía ser «de estética análoga al Castillo, sometiéndose a la aprobación técnica del Consistorio», tal y como consta el informe del proyecto. Pero el proceso tan dilatado en el tiempo, ha pasado por diferentes fases hasta el punto de que en 2011 se decidió abrir un concurso de ideas, al que se presentaron nada más y nada menos que 66 proyectos arquitectónicos. De ellos, a principios de 2012 resultó el ganador con un premio de 20.000 euros, que salió del aval que presentó la filial de Ballester para la construcción del mirador.

Se llevó el gato al agua «Miradorm», idea de los arquitectos de San Javier (Murcia) Emilio Griñó López y Francesco Bosco. La obra contemplaba un recinto de grandes dimensiones, con un diámetro interno de 31 metros y un pasillo de algo más de tres metros de anchura. Todo ello en un círculo volado que evoca una burbuja y se adentra en la bahía con un desnivel de tres metros de altura desde su inicio a su fin.

Salpicado por los líos judiciales

La construcción de las torres «Gemelos 28» ha estado salpicada desde un principio por diferentes decisiones judiciales y políticas. El Tribunal Supremo anuló en 2012 la autorización concedida en 2005 por el director general de Puertos y Costas de la Generalitat para su edificación y señaló que la licencia municipal de 1988 no tenía validez.

Por último, el Consell presupuestó a finales de 2015 unos 200.000 para la redacción del proyecto de demolición de las dos torres.

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