El empleado de una imprenta situada en la calle La Palma de Benidorm ha sido condenado a dos años y medio de prisión y al pago de una multa por desfalco que asciende a 76.785 euros.

Según la sentencia, el acusado, cuya identidad responde a las iniciales E.N.S., trabajó durante 27 años como oficial de primera en la empresa, pero concluyó su relación laboral con la misma en octubre de 2009. Tal y como ha declarado probado la sección segunda de la Audiencia Provincial de Alicante, el trabajador se aprovechó de la «confianza derivada de esa dilatada relación» con el propietario de la imprenta para cometer el fraude.

El fallo judicial relata que a lo largo de cinco años se fue apoderando de multitud de cheques en blanco de una entidad bancaria librados contra la cuenta del empresario y comenzó a rellenarlos periódicamente con cuantías, por lo general, inferiores a los 300 euros. El ahora condenado firmaba los cheques, imitando la letra y la rúbrica de su jefe, y los cobraba en una sucursal de la calle Tomás Ortuño de la ciudad benidormí.

De este modo, se hizo con 76.785,94 euros en total, cuantía que la sentencia de la Audiencia le obliga ahora a reintegrar a su jefe, al margen de los dos años y medio de cárcel que deberá cumplir por un delito de falsedad en documento mercantil en concurso con otro de estafa.