La mayoría de profesionales de la hostelería que han trabajado en este tipo de bodas con extranjeros han podido apreciar cómo varían las costumbres según la nacionalidad, y adaptar a cada una de ellas su oferta. Por ejemplo, fuentes del Hotel Levante Club aseguran que «los británicos le dan importancia a la bebida. El whisky no puede faltar. Además, les gusta incluir alimentos en el menú que no se suelen ver demasiado en las bodas españolas como las patatas fritas o sus tradicionales pasteles de carne».
Los noruegos, según la «wedding planner» Charlotte Boe, son «muy emotivos» en los enlaces. «Llegan a leer hasta 15 personas de media unas palabras para los novios y su manera de pedir que se besen es dando golpecitos con la cucharita en los vasos», incide Boe.
Por otra parte, en el Hotel Melià de Benidorm también han acogido bodas de chinos. «La fiesta suele durar todo el día y son muy exquisitos a la hora de elaborar su comida. De hecho, nos alquilan hasta la cocina», destacan fuentes de la empresa.
