La consternación reinante en Benidorm por la muerte de Daniel Juárez se hizo ayer extensiva a la sede de la empresa organizadora de la prueba, el Grupo Brotons, afincado en Mutxamel, cuya dirección defendió la idoneidad del dispositivo preventivo y sanitario desplegado para esta trigésimosegunda edición del Medio Maratón.

«Llevamos cinco años organizando esta prueba y muchos más implicados en otras carreras y ninguna de ellas cuenta con un despliegue de medios comparable al de Benidorm», explicó Pepe Brotons, gerente del grupo, muy afectado por la fatídica noticia.

Brotons, responsable del diseño y montaje del operativo sanitario, explicó que el hospital de campaña estaba situado a tan sólo 25 metros de la línea de meta y que en el lateral izquierdo de la zona de llegada de los atletas se habilitó un espacio cerrado para las camillas de la Cruz Roja. «Nada más caer el corredor en la meta, cuatro personas se echaron encima de él, lo subieron a la camilla y lo trasladaron en segundos al hospital de campaña», indicó Brotons. «Desde allí se trasladó con urgencia a la Clínica Benidorm, que está encima del Parque de l'Aigüera, donde estábamos nosotros, pero no se pudo hacer ya nada por él», agregó.

«Cuando el chaval llegó a la meta y se arrodilló, mucha gente pensó que iba a besar el suelo tras acabar la carrera, pero no fue así, desafortunadamente», agregó el director-gerente de la empresa, que recuerda con amargura que hace dos años, también en el Medio Maratón de Benidorm, otro corredor sufrió un grave problema cardíaco, pero las emergencias sí pudieron salvarle la vida.

Una vez confirmado el fallecimiento, la organización guardó un minuto de silencio en señal de duelo y suspendió el protocolo de entrega de premios de la carrera.