El cambio de la dirección del viento para deshacer la ola que se formó tras el terremoto en Grecia, o el hecho de que la costa de Sicilia y el sur de Italia hubieran actuado de «rompeolas», fueron las posibles causas de que el Centro de Emergencias levantara a los 20 minutos la alerta por tsunami que llevó a desalojar varias playas de la provincia. Y es que el aviso no era para dejarlo a un lado y sirvió para testar el Protocolo de Riesgo Sísmico en vigor desde hace tres años y que hasta ayer no había hecho falta activar.

No es habitual que se produzcan tsunamis en el Mediterráneo y nunca lo serán como en el Pacífico, pero un tsunami con una ola en vertical de un metro, como se anunció ayer, hubiera supuesto en el caso de la costa de la provincia que el agua avanzara unos cien metros, por lo que hubiera superado el paseo de Levante en Benidorm o, en el caso de la playa del Postiguet, el agua hubiera llegado a la Explanada o la Plaza del Mar de Alicante, según apuntaron expertos del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante y el Instituto Náutico Pesquero.

«Toda prevención es poca por lo que veo bien que se activara y que luego se levantara la alerta tras recibir nuevas informaciones», apuntó Jorge Olcina, director del Laboratorio. Un sistema de boyas informa de la elevación del nivel del mar en todo momento.