El Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat activó durante media hora en la mañana de ayer la preemergencia por riesgo de tsunami en la costa de la Comunidad Valenciana riesgo de tsunami en la costa de la Comunidad Valenciana, como consecuencia de un seísmo que se registró en Grecia con 6,1 grados de intensidad. Según señaló Emergencias de la Generalitat en su propia cuenta de Twitter en los primeros minutos, este suceso podía provocar «una subida del nivel del agua de entre 0,5 y un metro». Así, por primera vez en la historia dieron el aviso a los municipios costeros, puertos y operativos intervinientes por riesgo de tsunami. Y ahí es cuando se produjo un pequeño caos en ciudades como Benidorm, la Vila Joiosa y Elche. En Alicante se activó la alerta pero antes de desalojar ningún punto de la ciudad llegó el aviso para desactivarla.

Sobre todo en la primera, ya que con el buen tiempo que hizo ayer muchos fueron los que aprovecharon para plantar sus sombrillas y las sillas en la arena de las playas de Benidorm. El Ayuntamiento, que recibió el aviso a las 12.25 horas, dio orden a la concesionaria de playas para que desalojaran tanto Levante como Poniente y todas sus calas. Algo que se hizo en los minutos siguientes, pero que duró bien poco. A las 12.57 les llegó la siguiente noticia: Anulado el aviso de preemergencia en toda la costa.

Para ese momento, las playas de Benidorm estaban vacías y con la gente paseando por los alrededores con sus objetos playeros a cuestas. Aunque al principio reinó la confusión, especialmente tras los atentados en Francia, todo marchó con orden, tal y como pudo comprobar este diario y afirmaron desde la concejalía de Seguridad.

En un principio, según indicó el edil del área, Lorenzo Martínez, decretaron mantener hasta las 17 horas el desalojo. Pero, finalmente, y tras consensuarlo con el departamento de Medio Ambiente después de haber tenido conocimiento de la anulación de la preemergencia, decidieron que se volviera a la normalidad. Si bien es cierto que aun pasadas las 14 horas los socorristas prohibían a los bañistas entrar al mar «pero pocos minutos después dimos orden a la concesionaria para que siguiera todo su curso», aclaró Martínez.

Respuesta de los desalojados

Entre los transeúntes de los paseos marítimos de Benidorm y La Vila era la comidilla el tema. Aunque los había que estaban de acuerdo con el protocolo adoptado por los ayuntamientos, más altas eran las voces discrepantes. «En mi vida he visto algo así aquí. Y llevo 50 años en esta ciudad», decía indignado a gritos un bañista en la playa de Levante de Benidorm. Cuando por fin permitieron a las personas que había en el paseo volver a la arena, una de ellas se quejaba de que ni siquiera le habían dejado lavarse los pies en el momento en el que les sacaron de la playa.

Cierre de locales

En La Vila también tomaron medidas en cuanto supieron de este aviso por parte de la Generalitat. Pero dieron un paso más que en Benidorm y además de desalojar las playas ordenaron dejar vacíos los negocios de primera línea, según explicó el edil de Seguridad de La Vila, Jaime Ramis Galiana, quien cifró en unas 200 personas las afectadas. En primera persona lo relató a este diario el gerente del Club Náutico, Antoine Ferrer. «El ingeniero técnico del puerto me dijo que en media hora estaba previsto que podía aparecer un tsunami, así que teníamos que estar atentos y avisar a la gente por si tenían algo amarrado porque podía romper contra ello», dijo.

Desalojos en Elche

La Policía Local de Elche procedió ayer a desalojar todas las playas ilicitanas desde El Altet y Arenales hasta La Marina. Todas las patrullas de las pedanías y el litoral fueron desplazadas a la costa para pedir a las personas que se encontraban en la arena que saliesen de la playa e informar a quienes se encontraban en viviendas o negocios a pie de playa que cerrasen o al menos no estuviesen en la calle, según aseguraron ayer la concejal de Seguridad, Cristina Martínez, y el intendente general jefe de la Policía Local, Francisco Bernabeu.

Afirmaron asimismo que por la poca duración de la alerta -que se desactivó en cuestión de un cuarto de hora- ni siquiera se llegaron a vaciar completamente las playas.