En la playa de Poniente de Benidorm, frente a cientos de personas y con un buen tiempo que acompañó todo el acto... Este año sí, tras el mal rato que pasaron el año pasado con la lluvia, todo fue rodado para la Asociación Cultural y Recreativa de la Barqueta, que gozó de una tarde espléndida que permitió ir en manga corta a los asistentes al principio de la representación del Hallazgo de la Virgen del Sufragio, patrona de la ciudad. «N'es l'hora del alba d'avui, dia setze de març de l'any de gràcia del mil set-cents quaranta», estas palabras sonaron en un día especial para todos los benidormenses, ya que las fiestas están dedicadas al 275 Aniversario de este hecho histórico.

En él, rememoran el momento en el que hallaron, entre los restos y cenizas de una embarcación quemada por miedo a la peste, la imagen intacta de una Virgen y un Niño, que coronaron como reina y señora de la villa.

Para que tanto mayores como pequeños se acercaran a la historia, alrededor de unos 80 socios de La Barqueta dieron vida a las personas que estaban en ese momento, hace cerca de tres siglos, y que hoy en día cuenta con la distinción de Fiesta de Interés Turístico de la Comunidad Valenciana, a la espera de poder lograr un recontamiento a nivel nacional. Todo con discursos en valenciano, para potenciar y llevar a todos la cultura del pueblo.

La escenificación se inició una vez más con la voz del recordado José Bayona, fallecido hace 14 años pero que vuelve cada segundo sábado de noviembre a uno de los actos que más cariño tenía, gracias a la grabación conservada por esta agrupación cultural. Ayer, su hijo Toni Bayona, fue el encargado de conducir el navío durante la representación.

El barco llegó a la arena sin mayores complicaciones. Decorado con maderas para simular una antigua embarcación y que coronaba en su popa la imagen de la Mare de Déu, pintada todos los años por el artista Miguel Ribes Sogorb. Los participantes en el acto ahogaron en gasolina el llondro, por lo que, justo después del encendido de la nave, fue completamente devorada por las llamas.

El acto terminó con un castillo de fuegos artificiales rosa y verde que le puso color al final de la actividad.

Sin el «padre» de la historia

En estas fiestas ha sido la primera vez que se ha representado la historia sin Pere Maria Orts i Bosch, el investigador y vecino de Benidorm fallecido a principios de año, y al que la asociación le dedicó la escenificación que tuvo lugar en marzo, días después de su muerte, y cuando realmente está fechado el Hallazgo.

Gracias a él, a diferencia de otros acontecimientos festeros, éste es un hecho constatado y del que dan cuenta documentos y actas notariales halladas y recopiladas por Pere Maria Orts i Bosch en el Archivo General de Simancas. Por esto mismo, y su demostrada dedicación al hecho histórico, la asociación quiso dedicarle el acto a Pere Maria Orts i Bosch.

En los documentos mencionados, dan cuenta cómo en las primeras semanas del mes de marzo de 1740, pescadores y marineros del municipio localizaron una barca a la deriva y la remolcaron hasta la playa. Debido a que otras localidades costeras lo dejaron pasar, tres benidormenses Antonio Bayona, Vicente Llorca y Miguel Llorca, salieron a la mar cuando caía el sol para hacerse con el llondro.

Así, constataron que estaba vacío, sin tripulantes en el interior. La popa destacaba sobre el resto con la imagen de la Virgen con un Niño. La mayoría de los vecinos no querían deshacerse del barco, ni mucho menos de la talla de la Mare de Déu, que la consideraban sagrada. Sin embargo, las autoridades civiles y militares de la época, temerosas de que el navío fuera portadora de la peste, ordenaron su quema. Finalmente, los marineros tuvieron que ver cómo, tras su esfuerzo, todo quedaba reducido a cenizas.

No obstante, como recompensa a su trabajo con el que consiguieron remolcar la embarcación, las autoridades permitieron que los allí presentes aprovecharan los restos y clavos del navío. Y se obró el milagro. De entre las cenizas, los niños del pueblo localizaron intacta la imagen tallada en madera de la Virgen, de manera que los vecinos consideraron «prodigioso» lo que vieron sus ojos y lo tomaron como patrona del pueblo, a la que bautizaron como «Virgen del Sufragio.

Tradición y fiestas

Los hechos históricos de la Trobada de la Mare de Déu se produjeron en el mes de marzo. Pero, las Fiestas en honor de la patrona no se celebran en estas fechas, aunque sí que es cierto que se conmemora la procesión del Alba y una ofrenda de flores. La explicación de que los festejos sean en noviembre está ligada a la tradición pesquera de cuando Benidorm aún era un pequeño pueblo.

Los antiguos marinos y pescadores faenaban en esas fechas en las labores del mar a kilómetros de distancia. Esto hizo que se aplazaran los festejos a noviembre, cuando los trabajadores se reunían con sus familias para pasar el invierno y las fiestas de la Navidad.