El Ayuntamiento de la Vila Joiosa sigue a vueltas con el Plan Especial que colea desde el 2004, un año después de que el casco antiguo de la localidad se convirtiera en Bien de Interés Cultural, por lo que lleva 11 años sin aprobarlo. El nuevo gobierno trata de desbloquear este proceso teniendo en cuenta la opinión de los vecinos, aunque al parecer los primeros contactos no han tenido éxito. Ahora, el edil de Urbanismo, Jaime Ramis Galiana, quiere llevar cuanto antes a pleno el texto, que se apruebe tal y como está, y que sea tras la resolución de Conselleria cuando comiencen las alegaciones al documento por parte de todos los interesadosalegaciones , según expresó el concejal.
En un principio, como publicó este diario a finales de septiembre, propusieron que la corporación lo aprobara con una moratoria de seis meses, criterio que ahora no contemplan. El tiempo se les echa encima, tiene que haber pasado por pleno y por el Consell Jurídic Consultiu antes de febrero de 2016, porque si no, habrán perdido el dinero invertido para este proceso, según manifestó el edil. De ahí las prisas, ya que el gobierno local está tratando de elevar el Plan Especial al pleno que se celebrará el 19 de noviembre. Eso sí, acompañado de un escrito con el que se comprometen a revisar el documento en los meses siguientes junto a los vecinos afectados.
Reuniones
Pero antes de que llegue este momento, la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, el edil de Urbanismo y la técnico del Ayuntamiento encargada de supervisar este Plan elaborado por la Universidad de Alicante se sentaron para revisar el texto el pasado día 21 de octubre. En dicha reunión no se llegó a ningún acuerdo para modificar nada, según confirmaron las dos partes. El edil del área alegó a este diario que las reclamaciones que les hacían eran competencia de la Comunidad Valenciana.
Entre las modificaciones está la relacionada con los elementos impropios, que según el presidente de la asociación, Toni Rubio, podría suponer que en el futuro desaparecerían las casas colgantes que dan al río Amadorio «que es un atractivo turístico porque exigen las fachadas planas». Con la eliminación de las terrazas «ocurriría lo mismo con una de las casas más emblemáticas que dan a la playa», dijo Rubio. Incluso sigue en pie uno de los puntos que para ellos es «anecdótico» y a la vez «absurdo», que prohíbe los tendederos en fachadas y permite al Ayuntamiento «obligar la instalación efectiva de secadoras automáticas en aquellos casos en que no sea posible disponer tendederos en patios cerrados.» El edil del área negó querer imponer nada.
En cuanto al tema de los elementos impropios y las casas colgantes, quiso restarle importancia «porque son para las viviendas que se construyan nuevas, las que tengan estas habitaciones pueden hacer obras de mantenimiento y si dura 200 años, pues ahí seguirá», sentenció.
