El bando de la Media Luna impregnó ayer las calles de Callosa d'en Sarrià con su magia llegada de Oriente. La Entrada Mora protagonizó los actos festeros del segundo día de las fiestas de Moros y Cristianos, en honor a la Mare de Déu de les Injúries.

A partir de las 19 horas, la estética de la ciudad se transformó en un escenario que destilaba la esencia del mundo árabe. Las filaes moras discurrieron por el corazón del municipio en un desfile en el que no faltaron camellos, caballos de doma, ocas y unas cabras de Afganistán.

Abrieron el acto, el boato del Abanderado, Justo Vizcaino Romero, junto con el Embajador, Cristian Sánchez Martínez, ostentado por la filà El Cordó, «una de las más pequeñas pero a la vez más grandes de Callosa», según expertos festeros. Dos escuadras especiales precedieron la carroza de ambos cargos. Tras ella, la escuadra de El Cordó cerraba el primer boato.

La filà Beduinos llegó después, seguida de Ligeros, Guàrdia Negra Dones, Guàrdia Negra, Marraskets, Beduines, La Llana y Granadines.

Todos ellos daban paso a la Capitanía Mora, que este año ostenta la filà Granadinos, una de las más antiguas, que se fraguó en el arranque de estas fiestas en el municipio alicantino, allá por el año 1860.

Toda esta tradición se vio plasmada en un impresionante boato en el que participaron «integrantes de esta filà que no se vestían en años», como relató a este diario el Capitán Moro, Felipe Llorca Solves.

Antes de que apareciera en una imponente carroza, junto a su Capitana, Mariam Bataller Soler, y los Capitanes Infantiles, Jaume Llorca y Noa Llorca, discurrieron varias escuadras de Granadinos, así como escuadras especiales.

Las danzas de un ballet formado por vecinas de Callosa y el exotismo de los animales, captaron la atención de los allí presentes, que podían fácilmente imaginarse en algún remoto lugar de Oriente.

Cerrando este apoteósico boato, una escuadra especial mixta de amigos del capitán junto con la banda de música «La Primitiva» de Callosa, avanzaban al ritmo que marcaban los instrumentos y las voces del Coro de Montaverner, una de las novedades de la Entrada Mora, que no suele contar con cantos corales, como destacó el capitán Felipe Llorca. En total, más de 100 músicos entre instrumentistas y vocalistas crearon un sonido único que dejó con la boca abierta al público que se acercó ayer a uno de los grandes actos de las fiestas de Callosa.