Nada es igual en la sociedad actual a lo que era en los años 40. Los españoles pasaron de taparse de pies a cabeza a lucir topless en las playas de la costa. Para captar esta evolución basta con ver las películas nacionales rodadas en Benidorm, y entender también como ha evolucionado la imagen que proyecta la ciudad. A principios de los años 60 trataban de enmascarar la realidad, dando la sensación de vivir en libertad en la capital turística, bebiendo con tranquilidad en las terrazas. A finales de los 60 y principios de los 70, la mirada es más crítica frente a la represión, eso sí, encubierta por la censura. La parodia y el humor eran sus protagonistas y Alfredo Landa su máximo exponente. En los 80, en plena transición, el sexo era más explícito, llega el crecimiento urbanístico y el uso urbano de los retranqueos. En los 90 es momento de nuevo de la crítica, esta vez con el punto de mira en la posmodernidad. En el siglo XXI, la ciudad es un símbolo. A. M.