El bloque de la urbanización Puerta de Hierro de La Nucia continúa, después de casi dos años, en las mismas condiciones de ruina que se quedó tras la deflagración de gas que se produjo en una de sus viviendas el 19 de diciembre de 2013. El motivo, según fuentes de la administración de fincas de esta urbanización, es que la aseguradora de la comunidad todavía no les ha entregado el dinero para ejecutar el proyecto de rehabilitación del edificio que, debido a su estado, obligó a la mayoría de sus vecinos a desalojar sus viviendas. Tres inmuebles fueron arrasados y la mayoría quedaron afectados.
Las mismas fuentes indican que se instó al seguro a que indemnizara o que se hiciera cargo de los trabajos de reparación del bloque. El coste de esta rehabilitación, según reseñan, superaría los 150.000 euros. De momento, tal y como precisaron, solo les han entregado 30.000 euros, «y el proyecto lo entregamos antes de verano».
Ante la situación que exponen, la comunidad de vecinos ha buscado a dos abogados especialistas en asuntos vinculados con aseguradoras. «Han encontrado dos con este perfil en Benidorm pero está todo pendiente de que acepten el caso y que se aprueben sus honorarios», determinan estas fuentes.
Por su parte, fuentes de la aseguradora indicaron a este diario que la tramitación de este asunto está paralizada ante la falta de una documentación que no le ha entregado la comunidad de vecinos. Algo que niegan desde la adminstración de fincas que lleva a esta comunidad. «Les hemos dado hasta el último papel», subrayaron. Cabe también recordar que tras el trágico suceso salió a la luz otra problemática que había tras la edificación afectada: las viviendas no disponían de cédulas de habitabilidad y tenían la condición de oficinas. De hecho, el bloque está construido sobre suelo terciario.
El primer proyecto de reforma, que se hizo meses después de la deflagracion, se echó para atrás porque el Ayuntamiento consideró que había una serie de elementos del bloque que estaban fuera de ordenación, y por lo tanto había que demoler algunas zonas y regularlas. Eso encarecía los trabajo. Otras fuentes cercanas a esta problemática urbanística señalan que esto también «ha enturbiado» el asunto, «ya que hay partes de la obra que tienen que cubrir los vecinos y no están dispuestos a ello», manifestaron.
