La Conselleria de Medio Ambiente le ha remitido un informe al Ayuntamiento de Benidorm en el que, en su apartado de conclusiones, le insta a que actúe sobre la plaga de gaviotas patiamarillas que padece el casco urbanoplaga de gaviotas patiamarillas . Un conflicto medioambiental que, según los datos que se extraen de este escrito, no sólo afecta a Benidorm sino que también lo sufren otras ciudades de la provincia como Alicante, Santa Pola, Altea o Xàbia.
Este documento responde a una consulta realizada por el propio Consistorio al Gobierno valenciano sobre los mecanismos de control de esta especie de aves, dadas las múltiples quejas tanto de vecinos como de comerciantes y hoteleros relacionadas con ataques o nidificaciones de estas aves con, al parecer, muy malas pulgas. Sobre todo los machos en época de cría.
La Generalitat entiende que la responsabilidad de erradicar esta plaga en el casco urbano es del Ayuntamiento, y le recomienda que las actuaciones que lleve a cabo pueden ser realizadas por una empresa especializada en el control de plagas de aves urbanas.
El portavoz del gobierno y concejal de Medio Ambiente, José Ramón González de Zárate, aseguró a este diario que en los presupuestos municipales de 2016 tiene previsto destinar una partida para la contratación de una compañía especializada. Fuentes del área municipal de Medio Ambiente destacan que las posibilidades que se barajarían serían erradicar las patiamarillas que han tomado como base el municipio o, al menos, realizar un control sobre su cría.
Un problema global
Desde este departamento quieren dejar bien claro que el problema es más complejo de lo que parece. «Por mucho que nos pongamos a exterminar este tipo de gaviotas, pueden volver a llegar de otros puntos de la provincia, ya que están diseminadas por todos lados. Además, cazarlas no es una tarea sencilla, como puede pasar con las palomas», indican. «Algunas de las actuaciones que habría que realizar, más allá de atraparlas, son más preventivas: que se cuide la limpieza en los colegios después de los almuerzos, a los que acuden en busca de comida; que los conserjes u hoteleros estén atentos a las nidificaciones en las terrazas de los edificios, sobre las que actuamos cuando nos avisan, o que se trate de evitar que los barcos que pasan cerca de la isla de Benidorm tiren restos de la pesca, lo cual las alimenta».
Más apoyo del Consell
Otro de los escollos que encuentra el Consistorio en su lucha contra las patiamarillas es que necesitaría más colaboración por parte de la Generalitat, argumenta. «Nosotros no podemos actuar sobre la isla de Benidorm, ya que es de su competencia. Nos dicen que ellos sólo intervendrán si se ve amenazada otra especie. Por mucho que nosotros controlemos aquí su aumento, si allí siguen criando, continuarán llegando a la ciudad», reseñan desde la Concejalía de Medio Ambiente.
El propio informe que ha remitido el Consell al Consistorio benidormense hace alusión a la complejidad que entraña tratar de poner coto a esta especie de gaviota. Apuntan algunas actuaciones que se han realizado como la retirada de huevos en nidos, que no ha acortado el aumento de población. Adjuntan un censo que se elaboró de la población reproductora en la isla de Benidorm entre 1993 y 2011, en el que las parejas estimadas pasaban de 300 a alrededor de 700. Aunque no tienen más datos, estiman que la tendencia ha ido al alza.
También reseñan que las gaviotas adultas que defienden a su prole suelen ser las más conflictivas. «En algunas ocasiones pueden llegar a picar o golpear con las patas al ciudadano no siendo raro que excrementen o vomiten sobre ellos. Además la voz de alarma que emiten atrae a otras gaviotas vecinas, congregándose hasta 40 aves en el mismo lugar, lo que inquieta bastante a los vecinos», describen.
Según uno de los estudios aportados por el Gobierno valenciano, en Benidorm se han eliminado de manera selectiva adultos de gaviota patiamarilla en las proximidades de zonas de cría de paíños, especie gravemente amenazada y depredada por la primera. Esta actuación, según fuentes autonómicas, ha dado resultados satisfactorios.
La Generalitat subraya en el informe que se pueden tramitar autorizaciones para eliminar ejemplares, ateniéndose a la normativa del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, pero debe contar con la autorización previa de los Servicios Territoriales.
