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Cuando salir a la calle en Benidorm es una carrera de obstáculos

Los viales de la ciudad presentan diferentes dificultades para las personas con movilidad reducida - En toda la localidad sólo hay dos semáforos adaptados para invidentes

Cuando salir a la calle en Benidorm es una carrera de obstáculos

Aceras en mal estado, bolardos en medio de los pasos de peatones, algunos de ellos sin rampa... Benidorm sigue careciendo de infraestructuras adaptadas para los discapacitados en muchos puntos de la ciudad, sobre todo en el casco antiguo. Es un municipio nuevo, como aquél que dice, pero eso no ha bastado para que esté completamente adaptada a las necesidades que tienen las personas con reducida movilidad o capacidad visual. Así lo confirmó a este diario la responsable de Servicios Sociales de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) en la provincia de Alicante, Belén González, quien además dijo que se trata de una de las ciudades que peor se ha adaptado en la zona y puso de ejemplo de lo contrario a Elche, Alcoy, Orihuela o Elda.

Un dato que llama la atención es el número de semáforos para invidentes que hay en toda la ciudad en la actualidad: dos. Así lo reconoció el nuevo edil de Movilidad y portavoz del gobierno, José Ramón González de Zárate. Aunque si bien es cierto, avanzó que para esta semana, que estará dedicada a la movilidad, tiene preparadas actuaciones en este sentido para mejorar. Tal y como explicaron varias fuentes, los vecinos de la plaza de la Hispanidad se quejaron del ruido de este sistema. «Benidorm, para dos semáforos que tiene, encima son de cuando la guerra. Queremos ser cívicos», dijo. Por eso, quieren implantar un nuevo dispositivo menos molesto en los semáforos de la ciudad que se activa con un mando que reparte a los afiliados la ONCE.

Según explicó Beatriz Conde, que lleva 20 años en Benidorm vendiendo cupones, una de las partes más conflictivas es el Paseo de la Carretera, la calle peatonal más transitada de la ciudad y en la que tiene cada mañana su puesto desde donde ve los numerosos tropiezos de los viandantes. «Pero no sólo de los discapacitados, sino de cualquiera que pase por ahí», comentó. Conde cree insuficientes los arreglos que hacen a la vía para la cantidad de camiones que cada madrugada pasan por ahí para abastecer a las tiendas.

Además, retomando el tema de los invidentes, tanto Belén González como Beatriz Conde coinciden en que uno de los problemas reside en que hay terrazas que cambian a medio día las mesas y sillas, en busca de la sombra, por lo que cuando el ciego se ha aprendido el recorrido, horas después éste no tiene sentido.

Asimismo, ambas destacaron la «gran cantidad» de bolardos que tiene Benidorm, existiendo todavía los de forma esférica, que aseguraron que era una de las infraestructuras más peligrosos para estas personas. Claro ejemplo de ello es la avenida de los Almendros, donde hay unos cinco pasos de peatones sin rampa, algunos también con estos bolardos en medio. «Lo mínimo es empezar por los lugares más complicados y es básico que se rebajen las aceras y eliminar estos postes», dijo.

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