El episodio de lluvias de los últimos días no ha logrado aliviar la crítica situación en la que se encuentran los pantanos de la provincia. Beniarrés, Guadalest y Amadorio siguen en niveles muy bajos pese a que el temporal ha aportado entre 200.000 y 40.000 metros cúbicos de agua a sus reservas. Las precipitaciones más intensas se han registrado en la costa, lo que ha impedido almacenar un mayor caudal.

El temporal no ha tenido el efecto que podría esperarse sobre las reservas de los pantanos, principalmente porque las precipitaciones más intensas se han registrado en la zona de la costa, lo que ha impedido mayores aportaciones de agua a los embalses a través de los ríos y barrancos situados en la cabecera de las cuencas.

El pantano de Beniarrés almacena en estos momentos 3,63 hectómetros de agua tras recibir en los últimos días 200.000 metros cúbicos como consecuencia de las precipitaciones. La recuperación, no obstante, es prácticamente imperceptible si se tiene en cuenta que ha pasado de estar al 12,60% de su capacidad a apenas un 13%.

En Guadalest han entrado 40.000 metros cúbicos, por lo que almacena 2,17 hectómetros que dejan el pantano a poco más del 16%. En el Amadorio, situado en La Vila Joiosa, también la aportación de las precipitaciones ha sido de 40.000 metros cúbicos, por lo que almacena 0,55 hectómetros que suponen un 3% del total.

Pese a todo, las lluvias en la Marina Baixa han provocado un punto de inflexión tanto para el Amadorio como para los acuíferos, que llevaban dos años a la baja. Según fuentes del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, acuíferos como el de Beniardá, el Algar y Polop han aumentado su caudal entre un 15 y un 20%, mientras el pantano ha recuperado unos 40.000 metros cúbicos.

Estas cifras, según fuentes del propio Consorcio, sobre la capacidad total tanto de los acuíferos como de los embalses pueden parecer irrisorias, teniendo en cuenta que el Amadorio puede albergar hasta 14 hectómetros cúbicos. Sin embargo, indican que la importancia radica en que por primera vez, un pantano que mostraba un aspecto cada vez más desértico, comienza a cobrar algo de vida.

Por otro lado, el hecho de que los acuíferos se hayan llenado, sumado al agua que cayó, que estuvo en la media de los 100 litros por metro cuadrado en toda la comarca, supondrá un ahorro en el regadío, «ya que durante unos 20 días los agricultores de la zona están totalmente cubiertos».

Asimismo, desde el Consorcio de la Marina Baixa subrayan que el agua que ha caído en la superficie de las cuencas también piensan reconducirla de manera artificial a los embalses a través de las infraestructuras que tienen instaladas en diferentes zonas de la comarca, aunque no pueden cuantificar aún en cuánto elevará el nivel de caudal.

Las mismas fuentes de este organismo destacan, a la vez, que si continúan produciéndose lluvias parecidas en los próximos meses y se vuelve a llenar el Amadorio «podríamos dejar de precisar de suministros externos, como el de la conducción de Rabasa-Fenollar-Amadorio que ahora se está utilizando».