El Ayuntamiento de Benidorm ha alertado en un escrito a la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural del aumento de la población de gaviota patiamarilla y le ha pedido que tomen medidas para controlar su demografía y evitar los problemas que genera.

El edil del área, José Ramón González de Zárate, ha explicado que desde la Concejalía se ha observado que "en los últimos años hay cada vez más ejemplares de gaviota patiamarilla que nidifican en edificios, generando molestias y problemas a los vecinos y también al resto de la ciudad".

Según un comunicado del consistorio, los perjuicios no se limitan sólo al medio urbano sino también al natural, ya que Medio Ambiente ha constatado "el impacto" que el crecimiento de esta especie está teniendo "sobre otra fauna más sensible".

De Zárate ha manifestado que esta problemática "no es exclusiva de Benidorm, ya que también se da en otras localidades costeras cercanas".

De ahí que el Ayuntamiento quiera saber si la Conselleria tiene "previsto algún tipo de control de la población de gaviota patiamarilla en las ciudades afectadas", al estilo de los programas que ya se desarrollan en otras comunidades autónomas como Baleares, Andalucía o Murcia, o en Ayuntamientos como los de Málaga, Gijón, Cartagena, Cádiz o Almería.

Y en el caso de que no sea así, ha pedido a la Conselleria que les informe de qué pueden hacer para controlar la población", ha apuntado De Zárate, quien considera que debe ser "una acción conjunta" entre la Conselleria y las corporaciones locales afectadas porque la problemática va más allá de la afección al entorno urbano.

El biólogo municipal, Moisés Pellicer, ha detallado que generalmente las prácticas de control de la población que se desarrollan en otros puntos de España se basan en "bloquear las zonas de nidificación" y "controlar los puntos donde las gaviotas encuentran alimento".

En Benidorm cada vez es más habitual ver como las azoteas de edificios y hoteles del casco urbano se han convertido en lugares de nidificación de la gaviota patiamarilla y, según Pellicer, la única forma de evitar que en años sucesivos se repita esta situación es instalando barreras físicas que les impidan nidificar.

De Zárate ha insistido en que no es suficiente con controlar la población de patiamarillas dentro del Parque Natural de Serra Gelada, puesto que los hechos demuestran que estas gaviotas están ganando cada vez más espacio en la ciudad.

Por tanto, "se hace también indispensable adoptar medidas de control de la población dentro del casco urbano", algo que el consistorio lleva haciendo "desde hace 15 años con las palomas" para evitar que su población se dispare.

El biólogo municipal ha recordado que Benidorm tenía "un problema serio" con las palomas y "muchísimas quejas ciudadanas por los excrementos de estos animales, la suciedad que generaban en los edificios y en la vía pública, y por el ruido".

Ahora, "la población de palomas se ha estabilizado" gracias a la captura cebada que realiza una vez al año una empresa para atraer a las palomas a un punto en el que durante varios días se les ha estado suministrando comida para apresarlas. Cada año se capturan de media unas 200 palomas que son puestas a disposición de cetreros.