La Fiscalía pide provisionalmente sendas penas de tres años de cárcel para dos empresarios que serán juzgados entre el próximo lunes y el martes en un juzgado de lo Penal de Alicante acusados de perjudicar gravemente la salud de once vecinos de La Nucía con el ruido generado por las obras de construcción de un apartotel.

Según fuentes del Ministerio Público, ésta es una de las primeras vistas que se celebran en la provincia alicantina por un delito medioambiental cometido por contaminación acústica y lesiones a personas derivadas de la misma.

Los hechos sucedieron entre junio de 2003 y enero de 2004, cuando el administrador de una empresa constructora, J.M.E.R., y el de una promotora, BauBenamar 2000 SL llevaron a cabo las obras para construir un apartotel en dos parcelas del Plan Parcial Collao de La Nucía.

Tras obtener una licencia municipal para la construcción y otra para desbroce y explanación del solar, los obreros se toparon con un macizo de roca caliza y comenzaron a destrozarlo con martillos hidráulicos percutores.

Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía de Medio Ambiente de Alicante, al que ha tenido acceso EFE, esas máquinas generaron un ruido superior a los 90 decibelios en el exterior y de 40 en el interior de varias viviendas próximas.

Los empresarios no disponían del permiso necesario para realizar este trabajo y sometieron supuestamente a los vecinos de la urbanización colindante, denominada Tossal de Benassal, a más de seis meses de ruidos en jornadas diarias de 8 a 14 horas y de 15 a 19 horas, incluso los sábados entre las 8 y las 14.

Los once perjudicados sufrieron, siempre según el fiscal, "una contaminación acústica gravemente perjudicial para su salud", pues les provocó síndromes ansiosos depresivos por el estrés que derivaban en estados de nerviosismo, irritabilidad y alteraciones del sueño y del apetito.

Dos de los once vecinos afectados tuvieron problemas físicos de audición, uno por pérdida ocasional de la percepción de sonidos agudos y otra mujer unas molestias en el oído derecho denominadas "tinnitus", que consiste en la escucha de golpes no generados por fuente alguna externa.

El nivel sonoro que provocaron las obras fue medido tanto por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil como por agentes de la Policía Local de La Nucía entre el 23 de diciembre de 2003 y el 10 de febrero de 2004.

La Fiscalía considera al constructor y al promotor del apartotel autores de un delito medioambiental por contaminación acústica, por los que pide para ellos sendas condenas de tres años de cárcel y multas de 6.480 euros, así como de once faltas de lesiones, por las que reclama el pago de 7.920 euros en multas.

Asimismo, la acusación pública solicita al juzgado que condene a las empresas implicadas a indemnizar con cantidades que oscilan entre los 900 y los 5.310 y que suman en su conjunto más de 22.000 euros.