Si Olga Urbana acaba en liquidación, los compradores que entregaron dinero a cuenta para la entrada de las viviendas pasarán a convertirse en unos acreedores más y la cantidad que puedan recuperar dependerá del dinero que se obtenga con la venta del edificio, según reconoció ayer la administradora concursal de la promotora, Antonia Magdaleno. Otra opción sería encontrar antes de la subasta a un comprador que estuviera dispuesto a asumir la finalización de la obra y que respetara los contratos de compraventa suscritos, algo que no sería completamente descabellado porque garantizaría al nuevo dueño la venta de casi la mitad de las 269 viviendas existentes. No obstante, se trata de una posibilidad lejana. Algunos de estos afectados ya han empezado a organizarse bajo la asesoría de diversos bufetes de abogados. d. navarro