«Te voy a meter el móvil por el culo, tonta del culo, te voy a partir la cara, como te coja el móvil te vas a enterar». Estas «lindezas» son las que, al parecer, le dedicó el presidente de la comunidad de vecinos del edificio Santa Margarita de Benidorm a la encargada del pub que hay justo abajo de su bloque, el Tiki Beach, con el que tienen una guerra abierta desde hace años. Así se relata en la sentencia que un juez del Palacio de Justicia de Benidorm ha dictado sobre el implicado, al que le obliga a pagar una multa de 60 euros y le prohíbe aproximarse intencionadamente a dicho establecimiento, ubicado frente a la playa de Levante, a una distancia inferior a 10 metros durante dos semanas.
Según cuenta la víctima de los insultos, «este hombre y su mujer están obsesionados con nuestro local. Bajan, nos miran y nos hacen burla continuamente. Este día se acercaron y me faltaron al respeto, por lo que decidí interponer una denuncia». Estos hechos ocurrieron el pasado 16 de febrero, pero no son los únicos en los que se ha mostrado la tensión que se vive entre varios de los propietarios del bloque con dueños y empleados del local. El 6 de febrero, tal y como confirmaron fuentes policiales, una mujer -al parecer esposa del vicepresidente de la comunidad- llamó a la Policía Local para que comprobara el limitador de sonido.
«Allí se personó una agente y cuando estaba comprobando la instalación, apareció la denunciante y comenzó a increpar a los allí presentes y a la propia policía. Como no se quiso identificar, tras insultar a la agente, se la acabó deteniendo y estuvo arrestada varias horas», resumen las mismas fuentes policiales.
Todo esto coincide más o menos en el tiempo con la ruptura del pacto de gobierno (12 de febrero), en la que los liberales de Gema Amor utilizaron como argumento la incoación de un expediente urbanístico sobre el edificio Santa Margarita, a raíz de una denuncia del Tiki Beach sobre posibles irregularidades. El alcalde inició las comprobaciones y el exconcejal de Urbanismo, también liberal, se sintió puenteado.
Pero la guerra entre el edificio y el local viene desde hace años. Fuentes conocedoras del caso aseguran que, por un lado, es por el ruido, ya que su música puede molestar a los vecinos (tienen un horario de 12 a 19 horas y actuaciones en directo al aire libre). No obstante, según fuentes del Tiki Beach, desde hace más de un año no les ponen una sanción por exceso de volumen. Las fuentes antes citadas, conocedoras del caso, indican que la lucha, a día de hoy, quizá trasciende a lo político, y puede que hasta a lo personal.
La Policía Local señala que este establecimiento puede molestar a los vecinos, «al igual que otros tantos de Benidorm». Desde la Policía dejan claro que «nosotros no podemos hacer más que lo que marca la Ley, por lo que la única solución puede venir porque dialoguen las partes o porque utilicen la vía judicial». En los últimos tiempos, cuando han acudido a este pub por alguna denuncia, «hemos realizado las comprobaciones pertinentes de sonido y el resultado ha sido que cumplen con la legalidad. Lo único que se ha apuntado en muchos partes es que hay un gran bullicio fuera», precisan.
Este diario intentó conocer la versión del presidente de la comunidad, que declinó hacer declaraciones.
