No hubo sorpresas. La ruptura del pacto de gobierno entre socialistas y liberales apenas 24 horas antes y la clara minoría en la que ahora ha quedado el grupo que lidera el alcalde Agustín Navarro -con diez concejales frente a los quince de la oposición- no impidieron ayer al gobierno local sacar adelante los últimos presupuestos de este mandato antes de las municipales del próximo mayo. Les bastaba la abstención del grupo municipal del PP, con once ediles y que desde el lunes había anunciado que no impediría la aprobación de las cuentas. Pero al grupo mayoritario de la oposición unieron también sus votos los tres liberales de Gema Amor, hasta el jueves compañeros de viaje del PSOE y que, pese a criticar duramente algunos aspectos de las cuentas, acabaron también dando su abstención y, de este modo, respaldando con un «sí pero no» un documento que, en parte, se ha elaborado al dictado de muchas de sus reclamaciones. Ferrer fue el único que votó en contra.

Los acontecimientos vividos un día antes hicieron que ayer el salón de plenos se llenara de público para ver qué ocurría dentro. También sorprendió el tono pausado de la concejal de Hacienda, Natalia Guijarro, que lejos de intervenciones acaloradas como las de otros tiempos, mantuvo en todo momento un tono dialogante con el PP y el concejal no adscrito y optó, directamente, por ignorar a quien hasta el jueves fue su compañera en el ejecutivo, la líder de Liberales.

Entre las frases que más se repitieron desde las bancadas de la oposición, destacó una por encima de todas: «Éstos no son nuestros presupuestos». Por ello, populares y liberales decidieron introducir una serie de enmiendas para forzar a los socialistas a hacer cambios en las cuentas a cambio de su apoyo velado para poder sacarlas adelante.

Desde el PP realizaron seis peticiones, acabaron retirando dos a petición de Guijarro y lograron que se aprobaran tres: incluir una inversión de 180.000 euros para la reforma de la calle Italia; otra de casi 100.000 euros para mejorar la seguridad vial en dos avenidas del Rincón de Loix; y destinar los 95.000 euros presupuestados para las nóminas de los tres asesores del grupo liberal, que cesaron tras la ruptura del pacto, a incrementar las ayudas sociales destinadas al Doble Amor -que pasará de recibir 70.000 a 100.000 euros- y a otras entidades para la atención de enfermos, dependientes o discapacitados. No pudieron sacar adelante, no obstante, otra propuesta para elevar de 400.000 a 600.000 la inversión para Jaime I, que el PSOE votó en contra alegando que modificarán la primera fase financiada por la Diputación para rebajar la cuantía de los materiales y abarcar más tramo de avenida con los mismos fondos.

Menos suerte tuvieron las tres enmiendas presentadas por Amor, que fueron rechazadas en bloque por el PSOE y Ferrer, mientras que el PP se abstuvo. En ellas, los liberales solicitaban modificar determinados aspectos de las bases de ejecución que han venido criticando estos días sobre la fiscalización de determinados gastos, a pesar de que el interventor tomó la palabra en el pleno para aclarar -hasta en dos ocasiones- que dichos puntos respondían a obligaciones legales y de tipo técnico y no político.

Sin participación y con sacrificios

Entre los principales reproches de la oposición a las cuentas, el PP censuró que «por quinto año consecutivo no han sido unos presupuestos participativos, como exige el Reglamento de Participación Ciudadana». Antonio Pérez también lamentó la falta de respaldo sindical a la RPT y la no convocatoria de la Mesa de Diálogo Social, para abordar aspectos relacionados con el empleo. Por su parte, el no adscrito desempolvó el programa electoral que el PSOE elaboró en 2011 para enumerar numerosas promesas en todos los ámbitos que siguen sin ver la luz.

Amor insistió en que muchos apartados del presupuesto se hicieron a sus espaldas, son «políticos al 100%» y acusó a los socialistas de querer «camuflar un aumento de diez plazas de funcionarios», en relación a los puestos de conserjes que los liberales bloquearon en enero.

Frente a esta retahíla de críticas, Guijarro destacó que las cuentas de 2015 son el «fruto de tres años de sacrificios y de apretarse el cinturón, de quitar subvenciones, de amortizar plazas de funcionarios... Y, sobre todo, son fruto de los ciudadanos, que son los que de verdad se han sacrificado». Por eso, auguró que a partir de 2015, las siguientes corporaciones «podrán hacer aún más inversiones y ayudas a los vecinos».

No a la RPT; sí a los interinos

Pese a salvar las cuentas, el PSOE se quedó sólo en la votación de la relación de puestos de trabajo, que no pudo aprobar. Sí hubo unanimidad para iniciar la contratación de 10 policías interinos para las playas.