Continúa el culebrón en Benidorm sobre el nuevo mercadillo que una empresa pretende instalar en la zona de discotecas, ubicada en la partida de Armanello. Un informe del área de Arquitectura y Urbanismo del Ayuntamiento de Benidorm, al que pudo tener acceso este diario, expone, en relación a este proyecto comercial, que existen incongruencias entre dos papeles oficiales claves en su tramitación: el certificado de compatibilidad urbanística del 7 de agosto de 2013 y el expediente de licencia ambiental del 27 de mayo de 2014. En estos dos documentos, según dicho informe, difiere el titular solicitante y el epígrafe de actividad. Según se entiende en este texto, en uno se refiere a «rastro de bienes usados» y en otro a «mercadillo». Por ésta y otras razones a las que alude, el informe es desfavorable.

Cabe recordar que la polémica en el Ayuntamiento se desató, según la versión del equipo de gobierno, cuando se dieron cuenta de que lo que se pretendía aprobar era un mercadillo y no un rastro de antigüedades, lo cual puso en pie de guerra a agrupaciones de comerciantes de Benidorm como AICO. No obstante, el propio concejal de Comercio, Conrado Hernández, firmó ese certificado de compatibilidad de 2013 e incluso algunos otros documentos que se elaboraron en relación al mismo tema en 2014, aunque no supo precisar con exactitud cuáles. Un hecho que fue criticado duramente por la oposición popular. Hernández argumenta que «mientras creíamos que lo que se iba a instalar allí era un rastro de antigüedades no veíamos ningún problema. Las complicaciones vinieron cuando comenzamos a encontrarnos con papeles que provenían de Generalitat en los que se podía dejar entrever que lo que allí se quería levantar era un nuevo mercadillo. Aquí en Benidorm ya tenemos suficientes, por lo que nos oponemos por respeto a nuestros comerciantes».

Al tratarse de un proyecto de más de 2.500 metros cuadrados la competencia de autorizar este proyecto la tiene Generalitat, pero su ok está condicionado a contar con los informes favorables del Ayuntamiento en cuestión, según detallaron fuentes municipales a este diario.

A finales del año pasado, cuando se desató toda esta polémica, que enfrentó a los dos partidos mayoritarios en Benidorm, el concejal de Comercio recuerda que encargó varios informes sobre este asunto y pidió una aclaratoria a la Conselleria de Comercio. De ahí el documento del área de Arquitectura y Urbanismo, que se posiciona como desfavorable y solicita que se resuelvan una serie de deficiencias.

Por otro lado, el Consell contestó al Consistorio el pasado 17 diciembre, detallando que el mercadillo-rastro privado «dispondrá de una oferta propia de antigüedades, objetos usados, oportunidades, artículos de artesanía y otros». Ese «otros» también le causa reparos a la concejalía de Comercio, «ya que es una palabra que puede dejar cierto margen a que aparte de rastro se desarrolle allí otra actividad», dicen.