La falta de autobuses lanzadera para facilitar el traslado de los turistas desde la estación del AVE de Alicante a los principales destinos de la Costa Blanca, fundamentalmente a Benidorm, será una cortapisa para que la línea de alta velocidad acabe siendo realmente sostenible y para el desarrollo futuro de los destinos de la Costa Blanca. Así lo defendieron ayer expertos en turismo y empresarios del sector en un foro de debate sobre esta industria, y en el que varios de los participantes acabaron por hacer suya la reivindicación que han mantenido en los últimos meses hoteleros y Ayuntamiento sobre la necesidad de levantar el bloqueo que mantiene el Consistorio de Alicante a la puesta en marcha de estas conexiones de autobús.
El encuentro, organizado por la patronal hotelera Hosbec, la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), y otras organizaciones o instituciones empresariales, como Coepa, la Cámara de Comercio o la Asociación Provincial de la Empresa Familiar, reunió en Benidorm a representantes de las principales empresas y otras entidades de la Comunidad para debatir sobre los retos de futuro del turismo como motor económico. Y aunque las lanzaderas del AVE no figuraban, inicialmente, en el programa acabaron por centrar buena parte del debate y las intervenciones de algunos de los ponentes.
El primero en romper el fuego fue el sociólogo José Miguel Iribas, experto en diagnóstico territorial y en planeamiento urbano y turístico. «El principal reto en materia de infraestructuras es decirle a la alcaldesa de Alicante que los taxistas de su ciudad no son quienes tiene que definir el transporte provincial», manifestó en su intervención. Iribas también llamó la atención sobre la pérdida de calidad urbana de muchos destinos, como Benidorm, que no se han regenerado ni han sabido reinventar su oferta para brindar al turista nuevas experiencias durante sus vacaciones.
La tesis de este experto fue secundada por otros participantes que, incluso, fueron más allá. Adolfo Utor, presidente ejecutivo y fundador de Baleària y presidente de la Asociación Naviera Española y el Consejo del Mar de la CEOE, atribuyó la polémica de las lanzaderas a una «visión aldeana de la realidad» por parte la alcaldesa alicantina, Sonia Castedo, «que no da al transporte la importancia que tiene». A su juicio, esa postura de traduce en un «yo defiendo lo mío, que además me da votos». Utor consideró que la estación del AVE tendría que «haberse construido en Benidorm», pero que estando en Alicante, «no se pueden poner cortapisas cuando el cliente final de la línea viaja mayoritariamente a Benidorm». Por eso, abogó por la implantación de un billete único, que permita al turista desplazarse con comodidad y al mismo precio, «especialmente cuando el tren de la costa ni está ni se le espera». Sobre la última infraestructura, el fundador de Baleària lamentó que para las administraciones no haya dinero, «cuando sí lo hay para ir a Galicia o a cualquier otro sitio», a lo que agregó «quizá cuando tengamos aquí un ministro o un presidente del Gobierno sí haya dinero para ese tren».
La falta de planificación del transporte desde el ámbito turístico también fue criticada por el vicepresidente ejecutivo de Exceltur -el lobby que agrupa a los 24 grupos turísticos más importantes del país-, José Luis Zoreda. A su juicio, la falta de lanzaderas es ejemplo de que el transporte «ha venido impuesto por otros intereses, en muchos casos políticos», y que, a su juicio, acaban por no dar respuesta a los destinos turísticos, al haber sido proyectadas sin una visión integral que contemple otros aspectos más allá de la propia infraestructura. En este sentido, y para no entrar en polémica con empresarios desplazados desde Castellón, Zoreda cuestionó la viabilidad de que en Galicia existan tres aeropuertos o si los de Alicante-Elche o Barajas requerían tener las dimensiones que tienen.
José María Caballé, presidente de la principal empresa hotelera de la Comunidad, la cadena Servigroup, también fue crítico con el aislamiento de la terminal del tren de alta velocidad de Alicante con respecto a otros destinos de la provincia y dijo que «en el AVE se ha invertido tantísimo dinero que, si se hubiera hecho la estación bien, cabrían de sobra más de veinte autobuses y no habría ningún problema». El empresario hotelero también fue crítico con el «plan B» de poner lanzaderas desde Villena hacia Benidorm, algo que consideró «falto de lógica y sentido».
Asignaturas pendientes
Al margen de la polémica sobre las lanzaderas, el foro empresarial también sirvió para poner el acento en otras «amenazas» para el desarrollo futuro del turismo en Benidorm y la Costa Blanca. Por un lado, ponentes como José Miguel Iribas o José Luis Zoreda pusieron el acento en la falta de renovación del entramado urbano de muchos destinos de la provincia, que han pasado de ser «destinos maduros a destinos viejos», apuntó Iribas. Lo mismo trasladó el presidente de la cadena Hoteles Poseidón y expresidente de Hosbec, Pere Joan Devesa, quien puso como ejemplo el hecho de que las farolas de dos de las principales avenidas de Benidorm, como son la del Mediterráneo o la de Europa, no se han cambiado desde su instalación, en el año 1964.
El segundo reto al que ha de enfrentarse el sector es el recuperar el control de los precios para frenar la caída de la rentabilidad experimentada en la última década. Hoteleros y expertos señalaron que la histórica presión de los touroperadores a la hora de marcar las tarifas ha sido sustituida ahora por los operadores de viajes por Internet, con comisiones aún más elevadas. Asimismo, pusieron sobre la mesa el último estudio de Exceltur, que sitúa a Benidorm a la cola de destinos en ingresos por habitación disponible, pese a estar entre los que tienen más pernoctaciones y mayor grado de ocupación media del país.
