En plena era de la comunicación, a los cerca de cien vecinos de la pedanía de El Abdet, enclavada en el interior de la Marina Baixa, no les ha quedado más remedio que vivir prácticamente incomunicados durante los últimos 15 días. Un robo de cable de cobre les dejó sin teléfono fijo el pasado 11 de marzo. Y así, sin señal, han permanecido durante las dos últimas semanas, hasta que ayer volvieron a conseguir línea al levantar el teléfono de casa.

La compañía Telefónica alega como causa de la demora en reponer este cableado que no disponía de materiales para proceder a la reparación. Porque, aunque habitualmente suelen tener cable de repuesto para actuar cuando se produce un robo, el número de sustracciones se ha disparado hasta tal punto que les había dejado «desabastecidos».

Según las cifras aportadas por fuentes oficiales de la empresa, sólo en lo que va de mes se han registrado 75 robos de cable en la provincia de Alicante, entre tres y cuatro diarios, cuando hasta ahora la media venía siendo de unos 30 al mes. Cuando se registra tal avalancha, «se priorizan las reparaciones en función del volumen de población que se haya visto afectada» por el corte de teléfono. De modo que la pequeña pedanía de El Abdet, enclavada en la Vall de Guadalest y que depende administrativamente del Ayuntamiento de Confrides, se habría visto abocada al último puesto al contar apenas con un centenar de vecinos.

Frente a las explicaciones de Telefónica, los residentes en El Abdet trasladaron ayer sus quejas por el «olvido» y el «aislamiento» al que se han visto sometidos durante estos días. De hecho, al corte en el teléfono fijo se suma el hecho de que la cobertura de telefonía móvil tampoco es del todo buena en la localidad y, en función de las compañías, sólo deja realizar llamadas en algunos puntos concretos del pueblo. Por eso, algunos de los afectados lamentaron que «debería haber sido una prioridad arreglar el teléfono, sobre todo teniendo en cuenta que muchos vecinos son mayores y, si hay una emergencia, estamos dejados de la mano de Dios», afirmó la hija de una de las afectadas, que reside en Altea y para la que contactar estos días con su madre ha sido una tarea harto complicada.

Lo mismo manifestaron ayer otros vecinos de El Abdet, que lamentaron que el robo de cable en esta zona es «demasiado frecuente» y que, además, «siempre se produce en el mismo sitio, en una curva cerrada que hay pasado Benifato. Acabarían antes poniendo allí a un vigilante», bromeó un residente. Por su parte, la propietaria del único bar que hay en la localidad también se quejó, por ejemplo, de que estos días han sido «muy perjudiciales» para su negocio, puesto que no han podido atender a gente que ha llamado para hacer reservas ni tampoco a sus clientes para otros asuntos, como pagar con tarjeta.

Desde Telefónica indicaron que en algunos lugares, sobre todo en zonas del interior donde se producen más robos, están empezando a instalar el «cable alarmado», que da aviso inmediato tanto a la central como a la Guardia Civil. No obstante, reconocieron que en algunas zonas de difícil acceso, «cuando llegamos ya es tarde, porque el daño está hecho».