Una vecina de la Marina Baixa de 35 años de edad ha iniciado una cruzada contra la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana. Respaldada por la asociación Defensor del Paciente, la mujer ha interpuesto una demanda contra la Administración sanitaria tras ser infectada con el virus de la hepatitis C (VHC) durante un ingreso en el Hospital Comarcal Marina Baixa en el año 2011. Aunque los hechos se produjeron hace más de dos años, una investigación realizada por la Agencia Valenciana de la Salud ha revelado ahora que, junto a esta afectada, también resultaron contagiadas con el VHC otras nueve personas, de entre 35 a 86 años, que estuvieron ingresadas en el centro sanitario en esas fechas y con las que, al parecer, se utilizó de forma inadecuada un frasco de suero para limpiar las vías intravenosas, lo que se baraja como la causa de la infección.

Fuentes de Sanidad admitieron ayer los hechos y señalaron que, en total, existen siete procedimientos iniciados a raíz de denuncias planteadas por los pacientes afectados, ya sean expedientes administrativos o tramitados por vía judicial.

Los hechos tuvieron lugar entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre del año 2011, según ha constatado la investigación realizada por Sanidad a raíz de la detección de esta enfermedad en la demandante. Tras realizarle varias analíticas y pruebas médicas, a la afectada se le diagnosticó hepatitis C aguda en abril de 2012, cinco meses después de haber estado ingresada en la unidad de Medicina Interna del Hospital Comarcal por una dolencia digestiva. El departamento sanitario advirtió este ingreso como única causa «de riesgo» que podría haberle provocado el contagio, por lo que inició una exhaustiva investigación, en la que se cruzaron datos de más de dos centenares de pacientes y que concluyó el pasado 30 de agosto, confirmando que de todos los enfermos que estuvieron internos en la planta de Medicina Interna en esas fechas, 13 de ellos dieron positivo en hepatitis C: dos personas que ya la padecían antes de su hospitalización y con un genotipo distinto al del brote; un paciente portador del virus asintomático y que pudo ser el caso primario del contagio; y otros diez enfermos con el mismo genotipo que este último y que, según el propio informe sanitario, fueron infectados durante su estancia en el Hospital vilero.

De estos once casos, cinco afectados son vecinos de La Vila Joiosa; cuatro residen en Benidorm y otros dos son personas desplazadas de otras comunidades. Además de estar ingresados en la misma planta, todos tienen en común que llevaban colocada una vía intravenosa para suministrarles distinta medicación.

Mala praxis

La hipótesis más probable que manejan los especialistas encargados de investigar el caso es que el personal sanitario de planta utilizó el mismo envase de solución salina que se empleó para el paciente portador del virus de la hepatitis C para el resto de pacientes. Su informe describe que la noche del 29 al 30 de noviembre de 2011, este enfermo sufrió una hemorragia digestiva y que los profesionales sanitarios le canalizaron una segunda vía intravenosa para una transfusión de urgencia. «Es posible que el carro de curas/vías se desplazara a la habitación del paciente y que para la permeabilización de la vía se usara un frasco SSF (solución salina fisiológica) multidosis», indica el escrito, que también recoge que, si después pudo utilizarse «de manera inadvertida la misma jeringa, se contaminaría el frasco de SSF multidosis, y si después se usó para la permeabilización de la vía de otros pacientes, se explicaría la transmisión al resto de casos del virus».

Desde el Hospital reconocieron que, aunque la normativa obliga al uso de sueros monodosis para esta práctica, cuando no había ampollas disponibles se empleaban botellas de varios usos.

«El informe es una sentencia»

La demanda de una de las afectadas tramitada ante el TSJ a través del Defensor del Paciente reclama a la Conselleria de Sanidad una indemnización por contagio por una causa que sería previsible y evitable si se hubieran seguido correctamente las directrices sanitarias, que obligan a emplear ampollas de suero monodosis para limpiar las vías, tal y como destacó ayer Ignacio Martínez, el abogado de la asociación que está al frente del caso. El letrado indicó que su representada ha sufrido daños físicos y morales a raíz de este contagio y destacó que, pese a que la asociación suele dar cuenta de estos casos cuando ya hay un fallo judicial, en éste «el propio informe elaborado por Sanidad es casi una sentencia».

Por su parte, desde la asociación Defensor del Paciente destacaron que la investigación no pudo corroborar más posibles casos de contagio porque, en el momento de producirse, trece internos habían fallecido y otro se encontraba ilocalizado en Reino Unido. Además, invitaron a «posibles afectados que lo desconozcan a tomar medidas preventivas y de salud y a reclamar por el daño» y destacaron que se trata de un caso de gravedad, debido a que la hepatitis C potencialmente puede causar cirrosis y cáncer de hígado, y se trata de una enfermedad crónica.