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Uno de los fundadores del «súper» La Nucía presenta la única oferta para quedárselo

Aelia Invierte, propiedad de la familia de Enrique Mendoza, acude a la subasta con una propuesta de 2.214.000 euros. La venta se cerrará en 30 días si cumple el pliego

Dos de los hijos de Enrique Mendoza. Abajo, el «súper». A. ÁLVAREZ /D. REVENGA

Y se hizo la luz. Después de un largo periodo de incertidumbre sobre cuál sería el futuro del histórico Supermercado de La Nucía, ayer, tras una subasta pública en Alicante, éste fue adjudicado a una empresa propiedad de la familia de uno de los socios fundadores, Enrique Mendoza. Aelia Invierte SLU, que forma parte del grupo Mendoza Gracia Holding SL, fue la única mercantil que presentó una oferta para adquirir este centro de alimentación que Enrique, junto a su hermano Juan Bautista, abría en 1980 a través de la empresa Sumegra.

Aelia Invierte tiene un plazo de 30 días hábiles para cumplir con lo que se exige en las bases de licitación. Entre otras cosas, para abonar los 2.214.000 euros que ha ofertado frente a los 2.213.539 euros que se establecieron como precio de salida para la venta del supermercado nuciero por parte de los liquidadores designados por un magistrado. Uno de ellos, Pedro Juez, destacó el valor de este paso tanto para la pervivencia del supermercado como de los puestos de trabajo de sus empleados, que actualmente ascienden a 34. Es decir, gracias a esta oferta, el negocio continúa.

Julián Mendoza, administrador de Aelia e hijo de Enrique, señaló a este diario que la prioridad de esta sociedad ahora es poner al día todos los sueldos que se adeudan a los trabajadores. Según fuentes de UGT en el comité de empresa del supermercado, a día de hoy, se deben tres pagas a la mayoría de empleados. Además de saldar deudas con su personal, pretenden «adaptar la estrategia de negocio a la realidad de 2014, ya que ha bajado el ticket medio de compra en nuestro establecimiento», matiza Julián Mendoza.

El administrador de Aelia también subrayó el hecho de que sólo existiera su oferta sobre la mesa de la notaría en la que se realizó ayer por la mañana la subasta. «Si no la hubiéramos presentado nosotros, ¿qué hubiera ocurrido?», destaca. No es de extrañar que haya sido esta parte de la sociedad la que haya optado por la adquisición. Y es que, en 2012, fue Juan Bautista el que planteó la demanda de disolución y nombramiento de un liquidador de las mercantiles Sumegra y Mencortés (la empresa, también creada en el año 2000 por ambos hermanos, a la que le transfirieron la totalidad de las participaciones sociales de la primera).

De hecho, según fuentes presenciales en este proceso, Juan Bautista Mendoza y su abogado trataron de paralizar la subasta, lo que en el caso de haberse producido evidenciaría una vez más la gran tensión que existe entre ambos hermanos, raíz de toda esta crisis mercantil. El letrado de Juan Bautista fue preguntado al respecto por este diario y se limitó a señalar que «simplemente hemos pedido al notario que constara como cuestión previa que hay unas actuaciones penales en curso, con el objetivo de que el posible postor lo tuviera en cuenta. Que se suspendiera o no, ya era más una decisión del notario, pero finalmente optó por continuar».

Las mismas fuentes del comité de empresa antes citadas señalaron que los trabajadores del súper están contentos con la noticia y que siguen con el ánimo de continuar esforzándose para que el negocio salga adelante. No obstante, también precisaron que la familia de Enrique Mendoza les prometió que, en el caso de que ellos se quedaran finalmente con la gestión, «nos abonarían los sueldos que deben de inmediato».

Un año para liquidar

El juzgado número 2 de Alicante designó en enero del año pasado como liquidadores del supermercado de La Nucía a Pedro Juez y a José Andreu. El primero indica que dejaron de plazo hasta principio de verano para que se llegara a un acuerdo entre los socios, «pero como no fue así, optamos por la vía de la subasta, puesto que nuestra pretensión era que el supermercado se vendiera como una unidad productiva para que sobreviviera. Venderlo por partes hubiera supuesto su desaparición, algo que perjudicaría tanto a los trabajadores como a los propios socios, ya que el beneficio de una venta de este tipo siempre es mucho menor», argumenta.

Por esta razón, Pedro Juez, no entiende que Juan Bautista, desde el primer momento, se haya opuesto a la subasta. «Cuando definimos el precio de más de 2 millones de euros, sabíamos que estaba por encima de lo que a día de hoy vale este supermercado, pero lo que queríamos es que en caso de producirse la venta en estos términos, ambas partes quedaran contentas», resalta. También reveló que hubo un momento, antes de optar por la subasta pública, que ambos hermanos estuvieron a punto de llegar a un acuerdo. Pero, al final, no cuajó.

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