En el arrastrero Cantares se vivieron momentos de gran nerviosismo cuando sus tripulantes se cercioraron de que a bordo faltaba Jaime. «Es terrible perder a un hombre en el mar», dijo ayer el patrón de este barco, Paco Catalá en la imagen. «Es una sensación muy extraña, de vacío. Te falta alguien de la tripulación y movilizas a todo el mundo para encontrarlo cuanto antes». Lo de menos era ayer la pesca. «Sí, es cierto. Hoy nosotros no hemos pescado nada. Pero en ese momento lo único que importa es salvar la vida de un compañero».