Otra vez cuadrando el círculo. Cada vez que el alcalde de Benidorm, el socialista Agustín Navarro, ha de hablar de seguridad se enfrenta a un dilema: por un lado, debe pregonar que ésta es una ciudad en cuyas calles los turistas pueden sentirse tranquilos para no perjudicar la campaña turística en ciernes; pero por otro, ha de proponer medidas para calmar a los comerciantes del Rincón de Loix que siguen inquietos por los hurtos en la zona, máxime después de que el propietario de uno de los negocios de la avenida Filipinas resultara apaleado tras intentar evitar un robo. De ese suceso, que ha despertando una honda inquietud en el sector comercial de la zona, se ha hecho eco una televisión nacional; y otra está ya preparando su reportaje. Si Navarro se dedicó ayer a volver a cuadrar circunferencias fue porque pretende que no se desate otra campaña en los medios en este caso españoles cuestionando la seguridad de Benidorm, tal y como el año pasado sucedió con los tabloides británicos.

Y para lograr esa cuadratura, el munícipe hizo una comparecencia especial, de esas que le gustan: rodeándose, además de por su concejal de Turismo, la liberal Gema Amor y de su edil de Seguridad, el socialista José Marcet, del presidente de la patronal hotelera Hosbec, Antonio Mayor, del de la Federación Turismo, Francisco Delgado, del de la Asociación de Comerciantes, Rafael Gaset, y de mandos policiales. Todos a una, como aquel de Fuenteovejuna. Todos juntos para demostrar que el de los delitos es un problema menor contra el que se puede luchar.

Empezó Navarro guarneciéndose otra vez en las estadísticas, que afirman que "Benidorm es el destino turístico español más seguro", como lo demuestra el hecho de que en una ciudad con 15 millones de pernoctaciones sólo se producen 9.000 infracciones o, lo que es lo mismo, 0,006 infracciones por pernoctación. "Aquí no homicidios, ni asesinatos, ni secuestros, ni agresiones sexuales, ni robos con violencia, sólo hurtos que pueden ser delitos o faltas", enumeró el alcalde, asegurando que hasta la propia Embajada Británica ha declarado que Benidorm es uno de los destinos donde sus súbditos se sienten más seguros en Europa. Y agregando que un "hecho puntual no debe crear una falsa alarma social ni dañar la imagen (turística) del municipio".

Esa fue una de las curvas del círculo. Ahora bien, Navarro trazó la otra admitiendo que mientras se sigan produciendo hurtos por muy puntuales que sean la ciudad no puede estar tranquila. Por eso anunció nuevas medidas en el Rincón de Loix: la más llamativa es la de instalar cámaras de vigilancia "Domo" de 360 grados para "disuadir y vigilar delitos" entre la avenida Europa y la de Filipinas. Para este objetivo, ya se ha está hablando con la concesionaria de la fibra óptica con el fin de saber cuántas cámaras han de ubicarse en cada esquina e ir preparando un presupuesto. Otra cosa, claro, será cómo pagarlo.

También se intensificará la presencia de Policía Nacional y Local en la zona. Eso sí, el alcalde no precisó si habrá un aumento de efectivos en el Rincón de Loix, pero sí aclaró que a partir de ahora los agentes no sólo patrullarán con sus vehículos, sino que bajarán a pie de calle para que su presencia aumente la sensación de seguridad en la zona.

Además, el primer edil narró que se derribarán los inmuebles en ruina de la calle Londres y Armanello, que "son albergues de delincuencia". Y confió en la "inminente ubicación" del Servicio de Atención a Extranjeros (SATE), ya anunciado en varias ocasiones pero que no se ha concretado al parecer por problemas burocráticos derivados del Ministerio del Interior. Navarro también se comprometió a visitar las zonas más conflictivas del Rincón de Loix.

Volviendo a la primera de las curvas del círculo, el alcalde insistió en que "Benidorm no se merece" salir en las televisiones por una "alarma social injustificada" y garantizó que los turistas eligen esta ciudad no sólo por su oferta sino también por su seguridad. Otra prueba de ello es que en los próximos días, amarrará en la ciudad otro barco de la VI Flota Norteamericana, "que no va a lugares que no sean seguros". Ahora bien, saltando de nuevo a la segunda de las curvas, el primer edil pidió al Estado y a la Generalitat que por fin el primero declare a la ciudad municipio turístico, lo que le otorgará más recursos en materia de seguridad.