"¿Cómo se llama esta calle?". Si usted se coloca cualquier día de la semana y a cualquier hora en un punto sin determinar del Paseo de la Carretera y formula esta pregunta a todos los viandantes con los que se cruce en el camino, pocos le darán la respuesta correcta. Así que, si es usted de Benidorm y quiere ahorrarse un disgusto, mejor no realice el experimento. Porque la respuesta prácticamente unánime será "calle del coño" y, entonces, sufrirá una y otra vez esa sensación de rabia que les produce a la gran mayoría de vecinos escuchar este término para referirse a una de las calles más emblemáticas de su pueblo.

La orden dada por el Ayuntamiento de Benidorm a un comercio del casco antiguo de retirar un millar de folletos publicitarios que utilizaban esta denominación para referirse al Paseo de la Carretera ha reabierto el debate sobre el uso del mal nombre de la calle. Un debate que divide a propios y a extraños y que plantea una pregunta para la que pocos tienen respuesta: ¿Qué se puede hacer para erradicar el uso de esta terminología?

La historia

El Paseo de la Carretera está ubicado en pleno corazón de Benidorm. Históricamente, cuando la ciudad era un pequeño pueblo que soñaba con ser grande algún día, representó la más importante arteria urbana y el principal nexo de unión con las grandes capitales y los pueblos de su alrededor. Se llamó "Camí d'Altea", "Carrer del Mar", calle de Salamanca o calle Marqués de Comillas, hasta que en los años 30 se acuñó el término "Carretera" porque hasta ella llegó la Nacional, tal y como recogen numerosos escritos sobre la toponimia de Benidorm. La Guerra Civil le volvió a cambiar el nombre por el de calle José Antonio, cuya placa colgó en esta vía durante cerca de cuarenta años hasta que, entrados los 80, se la denominó definitivamente "Passeig de la Carretera".

Y todos tan felices hasta que un día, dos vecinos procedentes del norte de España se encontraron en mitad de esta calle: "¡Coño! ¿Qué haces tú por aquí?", debieron decirse uno al otro. Y a aquellos dos les siguieron otros dos, y otros cuatro, y otros mil, y finalmente, de tanto repetir la palabra, acabaron por rebautizar coloquialmente el nombre de la calle con el de este sustantivo.

Señalización

La mayoría de los que emplean este término vulgar para nombrar al Paseo de la Carretera saben que no utilizan el nombre real de la calle. Aunque, haciendo un esfuerzo por buscarles una justificación, podría decirse que Benidorm tampoco pone fácil que un extraño conozca la denominación oficial del sitio donde se encuentra. En un paseo por los cerca de 300 metros que puede tener de extensión esta vía, tan sólo figuran dos placas que muestran su nombre. Para leer su leyenda hay que hacer malabarismos, porque ambas señales están ocultas por rótulos comerciales que sobresalen de la fachada y las tapan casi por completo.

"Yo entiendo que a la gente de aquí le pueda molestar que llamemos así a esta calle, pero entonces, que pongan carteles con el nombre que tenga". Así responde Carmen, natural de Santander pero que visita Benidorm desde hace más de veinte años, al ser preguntada sobre esta polémica. Y, pese a las distancias que separan la opinión de una y de otra sobre el tema, también afirma lo mismo Toñi, una joven nacida en Benidorm que trabaja como dependienta en esta calle: "Habría que poner muchas más señales, incluso contando la historia de esta calle para que la gente la conozca, porque a mí me sienta fatal cuando me preguntan por la "calle del coño". Yo les digo: pues no, aquí no hay ninguna calle que se llame así". Como Toñi, esta contestación es la que dan también otros trabajadores consultados, como Paqui, farmacéutica, o Santiago, lotero, que afirman: "Si no oímos el nombrecito cien veces al día, no lo oímos ninguna".

¿Qué hacer para que no se use?

La presidenta de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, Pepita Orozco, se mostró ayer escéptica al valorar si podrá erradicarse en algún momento el uso del término incorrecto: "Creo que es algo que no se puede evitar, porque se ha ido extendiendo y lo usa muchísima gente que viene de fuera". Aunque como la mayoría de vecinos reconoce que no le gusta esta denominación, considera que "no hay que darle más importancia, pero sí indicarle a la gente que el nombre correcto es otro. Hay muchas calles o plazas que se nombran mal y la única que nos llama la atención es ésta, por la palabra en sí, que es vulgar".

Lo que sí solicitó como portavoz vecinal de la zona es que el Ayuntamiento "mejore la señalización para fomentar el uso del nombre oficial" y, además, actuar como ha hecho con este comercio. "Una cosa es que la gente de la calle lo diga y otra que esté por escrito. O que sea un trabajador municipal o una persona de aquí quien lo utilice. En ese caso, debemos evitarlo siempre", añadió.