Unos números pésimos. Las estadísticas correspondientes a la primera quincena de la ocupación hotelera en Benidorm durante el mes de noviembre evidencian problemas por doquier: una estruendosa caída del 38% de pernoctaciones en el turismo nacional con respecto al mismo periodo de 2011 y, por si fuera poco, un freno en el comportamiento del mercado británico, el gran pilar en el que el sector ha basado su solvencia durante los últimos tiempos. Ayer, en el propio comunicado oficial con el que la patronal hotelera Hosbec difunde periódicamente sus cifras, se describía la situación con crudeza: "Benidorm vuelve a los números rojos", subrayó el ente empresarial.

Que el nivel de ocupación durante estos primeros quince días haya descendido 6,7 puntos respecto al del año pasado quedándose en un 75,9%, obedece a una serie de causas concatenadas. La primera de ellas, que ha golpeado en la línea de flotación del emisor español, estaba cantada: "la deficiente gestión del Imserso" que, a diferencia de otras temporadas invernales, prácticamente ha estado ausente de los hoteles de Benidorm durante este periodo. Si a estos problemas en la aplicación del programa de vacaciones para mayores se une además la falta de demanda del consumo interno como consecuencia de la crisis, resulta que sólo se han producido 138.000 pernoctaciones de turistas españoles, 83.000 menos que en 2011. O lo ya dicho con anterioridad: un retroceso del 38%.

Esta coyuntura ha desatado la segunda noticia insólita que deja este arranque de noviembre: por primera vez, la demanda extranjera supera a la nacional en este periodo y casi supone dos terceras partes del mercado turístico de Benidorm. En este sentido, los visitantes británicos suponen el 50,8% de la cuota total de mercado, una circunstancia que no se producía desde 2008. Pero cuidado. Eso no quiere decir que el turismo procedente del Reino Unido siga marchando bien, como lo había hecho en forma de crecimiento continuado durante los dos últimos años. Más bien al contrario. Por primera vez en muchas quincenas, las pernoctaciones británicas decrecen. En concreto sólo se han contabilizado 188.000, un 5% menos respecto al pasado año.

La razón de esta caída obedece, según Hosbec, "a la dificultad de encontrar plazas y vuelos disponibles que enlacen los diferentes aeropuertos británicos con el de El Altet". Hace ya días que la patronal hotelera venía advirtiendo de este problema: las conexiones aéreas con el Reino Unido son insuficientes, lo que ha provocado además un encarecimiento de los precios del billete, dificultando así las reservas de última hora. Los hoteleros quieren por este motivo que El Altet tome cartas en el asunto y negocie con las compañías que operan con Gran Bretaña un incremento en la frecuencia de los vuelos.

Malas previsiones para el resto del mes

El futuro del sector, a corto plazo al menos, también está teñido de inquietud debido a que las previsiones de ocupación para la segunda quincena de noviembre, un 59,7%, tampoco son halagüeñas. "Otro motivo de preocupación para el sector" agregó Hosbec. Estos malos datos estadísticos se producen a pesar de que en Benidorm existen más de 7.000 plazas cerradas, con lo que los guarismos de la ocupación no deberían ser tan negativos. Pero lo son. Aún así, los primeros quince días de noviembre si que dejan unas pocas matemáticas para la esperanza. El mercado ruso, si bien aún es testimonial pues supone unas 1.000 pernoctaciones, ha logrado doblar sus cifras de negocio con respecto al año pasado. También tuvieron un aceptable comportamiento los emisores belga y holandés, que se reparten un 6,7% y un 3,8% de la cuota de mercado respectivamente.