Más de mil establecimientos dedicados a la restauración: en concreto, 303 restaurantes, 133 cafeterías y 570 bares. O, lo que es lo mismo, una barra abierta o una mesa dispuesta con su cubierto y mantel por cada 38 m2 del término municipal de Benidorm. O, lo que es lo mismo, una impresionante oferta gastronómicaÉ que no ha sabido aprovecharse con propósitos turísticos. En un tono autocrítico no demasiado habitual, el empresariado de Benidorm admitió ayer que las excelencias de sus cocinas y fogones no se han incorporado a su oferta para captar clientes de España y de Europa. Y eso en un municipio cuyos hijos han degustado durante generaciones innumerables variedades de arroz resulta cuando menos sorprendente.

Quizás por eso, Benidorm ha dedicado la XVI edición de su Foro Internacional de Turismo, que arrancó ayer, a la "transformación del producto gastronómico en experiencia turística". Y, quizás por eso también, fue el presidente de la patronal hotelera Hosbec, Antonio Mayor, quien puso el dedo en la llaga al reconocer que "no hemos sabido vender" las excelencias culinarias de la ciudad ni vincularlas a "nuestro gran producto estrella, que es el sol y playa". Esta laguna histórica se ha producido a pesar de que, según Mayor, la gastronomía benidormense es una de las armas de la ciudad para competir con otros duros destinos del Mediterráneo, como Turquía o África.

A diferencia de otras latitudes, Benidorm no posee un plato identitario: no tiene una fabada ni un cocido y la cosa de la paella se diluye demasiado entre todo el territorio valenciano. Pero, a cambio, posee una heterogeneidad culinaria difícil de igualar en otros destinos turísticos. "Aquí tenemos cocina de autor, cocina popular, y cocina industrial", volvió a insistir Mayor. "Desde hace cuarenta años, sabemos que gracias a los restaurantes de Benidorm se puede dar la vuelta al mundo", dijo por su parte el alcalde, Agustín Navarro, en referencia al sesgo internacional de la hostelería local.

Esta capacidad por atender todos los gustos y todas las mesas es la que ha impulsado a Benidorm a corregir sus anteriores carencias hosteleras, dejar de ser una "ciudad fantasma", en lo que a bares y restaurantes respecta, y apostar por la celebración en los últimos tiempos de innumerables jornadas gastronómicas para reivindicar la "tapa, el vino, los arroces, o la cuchara", según enumeró Francisco Delgado, presidente de la Federación Turismo. Esta última entidad está muy interesada en ese empeño: a la misma pertenece Abreca, la asociación de bares y restaurantes, preocupada además por el descenso en el gasto turístico de los últimos años y que este segmento del negocio acusa más que otros.

Y es que aún queda mucho por hacer, ya no sólo para consolidar la gastronomía como herramienta turística, sino simplemente para que los turistas vayan a los restaurantes de Benidorm. Y eso se puso de manifiesto en una de las ponencias que durante el foro impartió ayer la directora del Instituto de Estudios Turísticos de Turespaña, Cristina Recorder, quien afirmó que el turismo británico -del que tanto se nutre esta ciudad- es uno de los más reacios al gasto gastronómico, especialmente aquellos visitantes procedentes de Gran Bretaña que pernoctan en hoteles o viajan con paquetes turísticos cerrados. Una cuestión pues a mejorar. Otra cosa, según Recorder, son los turistas españoles que viajan a la Comunidad Valenciana y que sí son propensos a dejarse los euros en los restaurantes o bares.

Una ciudad tan pionera como Henry Ford con el automóvil

Para certificar el idilio que en los últimos tiempos vive con Benidorm -no siempre fue así-, la consellera de Turismo, Lola Johnson, dijo ayer que iniciativas de la ciudad como la de dedicar su foro a la gastronomía son, por su carácter pionero, comparables a la decisión de Henry Ford de impulsar la industria del automóvil. Vamos que, como Ford, Benidorm siempre está a la vanguardia y por eso impulsa el turismo gastronómico que, según Johnson, está cargado de futuro: la consellera recordó que la Comunidad Valenciana es la segunda región española elegida por su gastronomía y prometió que en 2013 esta oferta ocupará un lugar destacado tanto en lo que a los presupuestos autonómicos se refiere como a la promoción en escaparates de la trascendencia de Fitur. Johnson agregó que el porcentaje de turistas que realiza actividades gastronómicas durante sus vacaciones es ya de un 50%.