Hay cosas que siempre vuelven. Por ejemplo el Festival de la Canción de Benidorm o Pedro Martínez, el marido de la exconcejala tránsfuga Maruja Sánchez. Y, en este caso, van de la mano. Martínez ha participado en las negociaciones emprendidas por una mercantil, Vision 10, para intentar reflotar el histórico certamen, que concluyó sus días en 2006 después de experimentar un franco declive en sus últimas ediciones. Ahora, sin embargo, la citada empresa ha obtenido una autorización del alcalde, el socialista Agustín Navarro, para utilizar la marca del festival pero, eso sí, "con el único fin de negociar y gestionar una serie de espectáculos televisivos". De lo que se trata es de que Vision 10 convenza a alguna televisión para que retransmita una gala del evento de Benidorm cuyo ganador se convertiría a su vez en el mediático representante español de Eurovisión.

En las negociaciones con la empresa, que es una productora televisiva, estuvo Martínez. En días pasados -la autorización es del 14 de mayo- se le pudo ver en compañía de Roberto Campos, representante de Vision 10, por las dependencias municipales. El propio Navarro confirmó ayer la participación del cónyuge de Maruja Sánchez. Lo admitió tras incidir en que todo este asunto "se va a llevar con luz y taquígrafos".

Caras conocidas

Ahora bien, destaca la paradoja de que el actual munícipe del PSOE haya mantenido encuentros con el esposo de la exconcejala que allá por 1991 arrebató el poder a otro alcalde socialista para entregárselo a través de una histórica moción de censura al popular Eduardo Zaplana. A partir de la siguiente legislatura, Sánchez ya no fue edil, sino que ocupó un puesto en la concejalía de Cultura que mantendría hasta muy poco antes de la otra moción de censura que en 2009 devolvió el poder al PSOE. Durante sus largos años en aquella demarcación municipal, Sánchez se ufanó entre otras cosas de haber revitalizado el Festival, que ya entonces había vivido momentos de decadencia. Su marido, aunque encontró hasta 2007 empleo en el Consorcio de Bomberos, gestionó contratos de espectáculos musicales precisamente con la concejalía de Cultura, incluidos algunos del Festival de la Canción de la época, tal y como publicó en su día este periódico. Incluso, Visión 10 no es nueva en estas lides: según su actual página web, produjo como organizador y elaboró el programa de televisión del certamen sus últimas cuatro ediciones: desde 2002 hasta 2006.

Para defender que el asunto se llevará efectivamente con "luz y taquígrafos", Navarro se amparó en tres cuestiones: tal y como señala de manera literal su autorización, si al final la empresa logra llegar a buen puerto con alguna televisión, el acuerdo "deberá ser supervisado y autorizado por el Ayuntamiento", con lo que Vision 10 no se queda con la exclusiva de la marca del histórico festival; el munícipe también destacó que en ningún caso, si al final Benidorm se convierte en el trampolín de Eurovisión, el Ayuntamiento, debido a la crítica coyuntura de sus arcas municipales, pondrá dinero. Y, por fin, remarcó que la autorización sólo llegará si efectivamente la resurrección del Festival se transmite por televisión y llega a potenciales usuarios turísticos nacionales e internacionales.

En ese caso, y debido a la difusión turística que podría lograr el municipio al vincularse con un acontecimiento musical europeo, el Consistorio se comprometería a gestionar con la Fundación Turismo -entidad que integra a las patronales turísticas- un posible apoyo a la iniciativa.

El permiso de Pérez Fenoll en 2008

No es la primera vez que se intenta, a través de negociaciones con las televisiones, reflotar el Festival de la Canción de Benidorm. El 28 de julio de 2008, el entonces alcalde, el popular Manuel Pérez Fenoll también autorizó a otra empresa, Shan Proevent, a utilizar la marca para la gestión de espectáculos televisivos. Lo más curioso del caso es que la autorización de Pérez Fenoll es, palabra por palabra, igual a la que el pasado 14 de mayo firmó el actual munícipe, Agustín Navarro. Sólo cambia, como es lógico, el nombre de la empresa. Pero la redacción es idéntica: también Pérez Fenoll advirtió de que si se llegaba a un acuerdo, el mismo debería ser autorizado y supervisado por el Ayuntamiento.

El empeño de Sha Phan Proevent no llegó a buen puerto. Veremos ahora lo que pasa con Vision 10. Aunque la autorización de Navarro no concreta nada en este sentido, lo cierto es que Eurovisión es organizada por Televisión Española, por lo que debería ser con esta emisora con la que se llegara a un acuerdo.