No sólo los parados de la comarca de la Marina Baixa miran con esperanza al campo. Altea, municipio pionero en poner en marcha hace dos años los primeros huertos urbanos de la comarca, emprende esta semana un nuevo programa dirigido a formar desempleados para que puedan encontrar una salida laboral en la agricultura ecológica. El plan es integral y aúna el interés público con el privado.

Según explicó ayer el concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Capilla, por una parte se incentiva "el cultivo de la zona periurbana que se encuentra en estado de abandono mediante la creación de huertos urbanos ecológicos, eliminando las parcelas que hay en deplorable estado y aumentando el valor paisajístico del pueblo". Para ello, el Ayuntamiento facilita a los propietarios de esos terrenos su cesión temporal a la Concejalía. No reciben compensación económica por ello, pero se ahorran los costes que acarrea su limpieza y mantenimiento. El Ayuntamiento prepara el terreno para su cultivo, instala en ellos el riego por goteo y gestiona su ocupación.

Tal ocupación se hace echando mano de la bolsa de trabajo y tras un proceso de selección. Con ello se logra "incorporar personas en paro al sector agrícola ecológico que satisfagan la demanda real de productos biológicos mediante el comercio local y de canal corto". Según explicó el regidor, "actualmente en la zona hay una población creciente que busca los productos de consumo por su origen local y ecológico", y por ello en Altea "el cultivo y comercialización ecológico y local es una vía real de inserción en el mundo laboral".

Estas personas, sin embargo, necesitan aprender el oficio. Para ello se ha puesto en marcha el Centro Itinerante de Formación en Agricultura Ecológica con la colaboración de la empresa Agricología, la Granja Escuela la Ilusión de Finestrat, la Cooperativa Agrícola de Altea y la Unió de Llauradors. A través del mismo se impartirán cursos de horticultura ecológica de un semestre de duración. Sus sesiones se darán en los propios huertos o aulas del centro si son exclusivamente teóricas.

Por ese motivo, las 45 parcelas que se ceden (30 para parados y 15 para personas en activo) tienen una extensión de entre 60 y 90 metros cuadrados. En la segunda fase del proyecto, será cuando ya se entreguen a los desempleados del municipio parcelas de 400 metros cuadrados. "Una dimensión donde ya se puede plantear una comercialización de productos agrícolas".

Para incentivar la comercialización del excedente, la Concejalía de Medio Ambiente organizará un mercado tradicional o "mercat d'arrels", en el cual todos los productores podrán vender su excedente una vez al mes.

Además en este mercado se pretende dar cabida a todo productor local que quiera vender de manera directa su excedente de producción, independientemente del sistema de cultivo que haya utilizado, según añadió el concejal. Y es que según concluyó Capilla, igual de importante en el programa y cuidado del Medio ambiente es rescatar y poner en valor el comercio local, fomentando "las relaciones ancestrales entre productores y consumidores locales".

Clases teóricas y prácticas continuadas

Esta tarde, en el Centro Juvenil de Altea, a las 20 horas, se procederá a la presentación de este proyecto a los interesados. La reunión está organizada por las Concejalías de Agricultura y Participación Ciudadana. Es importante la asistencia, para que todos los interesados puedan confirmar su participación antes del sábado, día en que darán comienzo las clases prácticas con la asignación de huerto a cada participante. Se pretende dar una formación continuada durante seis meses, con clases teórico-prácticas que pueden extenderse hasta un año más, con lo que se completaría todo el ciclo de cultivo.