Era la hora del alba. La hora del alba del 16 de marzo de 1740, cuando la noche de Benidorm se iluminó más que nunca hasta entonces. Aquel día, según la documentación histórica descubierta en el Archivo General de Simancas, los vecinos del entonces pequeño pueblo de pescadores y campesinos, hallaron intacta la imagen de una virgen entre los restos y cenizas de una barca, que las autoridades habían ordenado quemar por miedo a la peste. Aquellos vecinos creyeron en el milagro y decidieron coronar a la santa como patrona de la villa, bajo la denominación de Virgen del Sufragio. Ayer, de nuevo a la hora del alba, cientos de benidormenses volvieron a salir a la calle para reencontrarse con la fe y rememorar el 272 aniversario de aquellos hechos, festejando su devoción por una imagen que llegó del mar para convertirse en "reina y señora" de Benidorm.

Pese a que el 16 de marzo no aparece en rojo en ningún calendario y ni siquiera es festivo en la ciudad, la tradición volvió a hacer madrugar a numerosos fieles, que quisieron aprovechar una de las pocas ocasiones del año en la que poder llevar en brazos a la patrona por las calles del municipio. La procesión partió al filo de las 5.30 horas desde la Iglesia de San Jaime y Santa Ana, después de que se rompiera el silencio de la noche con los primeros versos de la escenificación del Hallazgo y el canto de varias albadas dedicadas a la Virgen. La imagen salió del templo acompañada del disparo de un sonoro bombardeo aéreo y el volteo general de campanas, para iniciar la marcha que llevaría a la santa a recorrer el casco antiguo y regresar a las playas donde en 1740 se produjo el milagro.

La procesión se prolongó durante cerca de dos horas. La masiva participación de fieles, entre mayorales de la Comisión de Fiestas, cortes de honor, autoridades, peñistas, Camareres de la Mare de Déu y vecinos, hizo que la marcha fuera más pausada que en años anteriores y que la comitiva no regresara al templo hasta cerca de las 7.30, casi media hora más tarde de lo habitual.

El mirador que asoma al mar desde la propia plaza de San Jaime fue el primer punto desde el que la santa volvió a otear el mar, de la mano del presidente de la Comisión de 2012, José Ferrer; las Reinas de 2011, Ana María Nieto y Patricia de Lucas; el párroco de San Jaime, Luis López, y diversas autoridades, entre ellas el alcalde Agustín Navarro y la edil de Fiestas, Cristina Escoda. Después, sería el turno de la playa de Levante, a la altura del antiguo ayuntamiento del Torrejó; y, tras ella, vinieron la de Poniente -donde se escenifica su Hallazgo en las Fiestas de noviembre- y la del Mal Pas, para emprender de nuevo camino hasta el Castillo y la Iglesia.

Una vez allí, la joven Carmela Soria Martínez, dama de las Fiestas de 2012, tomó este año el relevo de su abuela Dolores Zaragoza Lloret, para recitar el verso a la Virgen del Sufragio, que dio paso a una misa y a desayuno ofrecido por los mayorales a base de chocolate y dulces.

Por la tarde, la comitiva festera volvió a reunirse en la Casa del Fester para ir de nuevo en pasacalles hasta la Iglesia de San Jaime. Allí se celebró la misa mayor, oficiada por el sacerdote Pedro Juan Díaz, natural de Benidorm y ahora destinado a una parroquia de El Altet. Con ella, la ciudad culminó una intensa semana festera dedicada a la patrona y que se inició el pasado sábado, día 10, con la ofrenda de flores, y que tendrá su continuidad la segunda semana del próximo mes de noviembre, cuando la ciudad celebra sus Fiestas Mayores Patronales.