Las obras de ampliación y remodelación del IES Pere Maria Orts i Bosch de Benidorm están completamente paralizadas desde el pasado mes de marzo y mantienen a la mitad de los alumnos del centro educativo en barracones desde hace ya dos años. La Conselleria de Educación parece no tener nada claro cómo va a solucionar el problema, diez meses después de que se pararan las obras por la quiebra de la empresa que las ejecutaba, a pesar de que los nuevos presupuestos llevan ya tiempo perfilándose.

El bloqueo de los trabajos ha desatado las protestas de la comunidad escolar, que anuncia movilizaciones, ante las deficiencias de las instalaciones educativas, no sólo de las prefabricadas, que además suponen un coste añadido por la prolongación de su alquiler, sino de las fijas, que carecen de persianas y que presenta continuos fallos en la instalación de las comunicaciones, lo que supone un problema serio pues el IES alberga los ciclos formativos de informática.

Las obras "llevan paralizadas prácticamente desde marzo de 2011 sin que haya el más mínimo indicio de que en un periodo más o menos corto se vuelvan a reiniciar", destacaron desde la dirección del centro que asegura que alumnos, padres y profesores "no podemos más".

El desánimo de la comunidad educativa está más que justificado. El retraso de las obras no sólo "acarrea más gastos tanto al erario como al propio centro en unos momentos tan difíciles", sino que "está provocando enormes dificultades y retrasos irrecuperables en la tarea docente", entre las que destacan: el atraso en "la implantación de las nuevas tecnologías en las aulas, la imposibilidad de proporcionar un espacio adecuado a los ciclos formativos de comercio y administración" o "la aglomeración de alumnos en unas aulas prefabricadas que, además de resultar costosísimas, a todas luces resultan muy deficientes".

Desde el centro aseguran además que no hay espacios apropiados para el trabajo y la organización de los profesores y que, al no estar aún la vivienda del conserje, el centro no está vigilado, lo que "estamos seguros ha facilitado el robo hace meses de seis ordenadores del aula-taller de reprografía en los que el centro había invertido más de seis mil euros".

Sin embargo, los problemas no sólo atañen a las prefabricadas, que para agravar la situación ocupan las pistas deportivas del centro, sino que afectan a las instalaciones del nuevo edificio. Desde la dirección lamentan "las deficiencias de la parte de la fase inicial entregada, sobre todo la pésima instalación de la red de comunicaciones, en un centro" que, para más inri, cuenta "con los ciclos de grado medio y superior de la familia profesional de Informática". Según denuncian, estas instalaciones, "a pesar de ser nuevas, dada su ínfima calidad, se estropean sin que se pueda acudir a la garantía, pues la empresa instaladora no ha cobrado su trabajo". A esto se suma, "la imposibilidad de oscurecer las aulas para hacer visibles los medios audiovisuales por falta de persianas, cortinas o estores" por lo que " resulta lógico que, de manera conjunta, manifestemos nuestra indignación con los responsables de tal situación", indican desde el centro.

La comunidad escolar no está dispuesta a que la obra caiga en el olvido y su primera protesta ha sido este escrito manifestando su protesta, ya que hasta ahora habían mantenido una "actitud discreta y conciliadora, probablemente en ocasiones hasta confiada y crédula, con los presumibles responsables de la finalización de las obras: empresa constructora, CIEGSA y Conselleria".