El empresario Antonio Puchades no está solo. Ayer, se encontró con un aliado muy poderoso: la patronal hotelera Hosbec, que alabó su original y desde luego controvertido paquete de proyectos para cambiar Benidorm de arriba a abajo. El jueves, Puchades presentó una serie de propuestas entre las que destacaba el derrumbe de edificios para unir con una pasarela la plaza de San Jaime con el Castillo, añadir grandes torres en la playa de Levantes o ceder el futuro Centro Cultural a una gran superficie como El Corte Inglés.

Y ayer el presidente de Hosbec, Antonio Mayor, secundó esa filosofía: abogó por "rentabilizar los espacios públicos municipales que se han construido en los últimos años y que ahora están infrautilizados" mediante la cesión de algunos de ellos a empresas privadas en regímenes como el alquiler. Así se lograría aminorar el déficit municipal, un propósito trascendente en estos momentos de crisis "en los que hay que tener una administración saneada que pague a sus proveedores y tenga recursos para la promoción turística".

Para Hosbec, algunos de esos inmuebles deben seguir albergando servicios públicos. Pero otros sí que se pueden ceder a las empresas y Mayor puso ejemplos: rechazó la reciente propuesta del gobierno local del PSOE de ubicar un museo en la Boca del Calvari, que a su juicio y en pleno Passeig de la Carretera sería idóneo para la actividad comercial; y señaló que ese espacio museístico puede ir a parar al Centre del Torrejó, "uno de esos contenedores que hoy tenemos vacío". El presidente de Hosbec admitió que quizás la propuesta de ceder el Centro Cultural al Corte Inglés es "algo exagerada", pero matizó que podría valorarse una iniciativa semejante si como contrapartida se edifica un palacio de congresos en el área de Terra Mítica.

En clave más urbanística, Mayor señaló que "no hay que tener miedo a repensar Benidorm para hacerla más competitiva y sostenible aprovechando estos tiempos de parón inmobiliario". Y así defendió otras ideas también suscritas por Puchades: por ejemplo, sustituir los edificios horizontales o degradados de la playa de Levante por inmuebles verticales con más altura y con más densidad que la actual: "No es cierto que Benidorm sea una ciudad masificada; tiene mucha menos densidad que urbes como Nueva York, Madrid o Barcelona y por eso aún tenemos margen".

Para Mayor, hay que revalorizar la gran factoría del turismo que ha sido Benidorm sin traicionar su identidad. De ahí que también insistiera en una vieja idea: huir de planes urbanísticos diseminados como los de Armanello, Terra Mítica o Poniente que ahora mismo se están tramitando y que fueron gestados por los gobiernos del PP, con cuya herencia urbanística el presidente de la patronal siempre ha sido crítico. Mayor cree que este debate, "al que se ha de sumar más gente", se ha de impulsar precisamente ahora, antes de que el Ayuntamiento afronte la revisión del Plan General. En este sentido, "la clase política no es dueña de toda la verdad y ha de hacer caso a la sociedad civil". Y precisamente los políticos también opinaron ayer de los proyectos de Puchades. El actual concejal de Urbanismo, el socialista Juan Ángel Ferrer, tildó de "loable" que los ciudadanos "hagan propuestas por el futuro de la ciudad, pero matizó que "son proyectos a muy largo plazo, no inmediatos, que merecen una reflexión". Además, rechazó la idea de ubicar una gran superficie en el Centro Cultural: "Para el Corte Inglés, hay otros espacios".

En la misma línea que Ferrer se pronunció el edil del PP Sebastián Fernández. El edil, aplaudió "que haya gente que quiera exponer propuestas, proyectos e iniciativas la ciudad" puesto que, a su juicio, "esa voluntad pionera e innovadora ha hecho de Benidorm lo que es". Ahora bien, con respecto a los proyectos en sí lanzados por Puchades, el popular Sebastián Fernández mostró cierta cautela: "Hay propuestas que no sólo son ejecutables, sino que están proyectadas desde hace años", dijo el concejal -entre las que citó la incursión del tranvía en el entramado urbano de Benidorm y, con él, la remodelación de las avenidas de Europa y Mediterráneo-, pero remarcó que "hay otras que, con la ley en la mano, tienen sus limitaciones y habría que ver hasta qué punto se pueden realizar", en alusión a el derribo de edificios como los del Castillo o la primera línea de Levante. En cualquier caso, dijo que "siempre es bueno despertar debate, que en este caso era lo que pretendía Antonio Manuel Puchades, por el bien de nuestra ciudad".

Más condescendiente y receptiva con los proyectos lanzados el pasado jueves por este constructor fue la portavoz del CDL, Gema Amor, afín al empresario y que en su lista a las municipales del pasado mayo incluyó como número 5 a una de sus hijas, Virginia Puchades. "Todos tenemos que estar orgullosos de que, de forma altruista, un empresario local arriesgue y sea generoso para que Benidorm siga siendo competitiva", dijo Amor, quien repitió la frase lanzada el jueves por Puchades acerca de que "Benidorm no puede perder más trenes": "Centros comerciales, polígonos industriales, el casino y hasta el tanatorio son cosas que la ciudad ha perdido, en favor de otros pueblos limítrofes, por falta de determinación política. Esto no nos puede volver a pasar", dijo Amor.

Entre la batería de propuestas lanzada por el constructor, la edil dijo quedarse por encima de todos con el que sugiere el derribo de dos edificios en el Castillo para unirlo con la plaza de San Jaime porque "le daría un gran valor añadido a la ciudad". Sobre la instalación del Corte Inglés donde se construye el Centro Cultural, Amor explicó que "es una propuesta arriesgada para llamar la atención sobre el estado actual del proyecto", pero en cualquier caso defendió la misma teoría de Puchades y Mayo: "A Corte Inglés hay que darle facilidades para que se instale en Benidorm, porque es una locomotora económica y comercial".