Sin necesidad de crear nuevo suelo urbanizable Benidorm tiene ahora mismo capacidad territorial para construir en las próximas décadas 30.000 nuevas viviendas. Así está contemplado en su actual Plan General que data de 1990 y que en los últimos veinte años y a pesar de coincidir con la época de mayor expansión urbanística de la historia del país, apenas ha desarrollado un 23% de su capacidad. Este hecho inusual obedece a que algunos de los planes parciales que se incluyeron en el PGOU se han visto inmersos en azarosos litigios judiciales y medioambientales que han retrasado su aplicación a lo largo de los años. Ocho de ellos aún están sin ejecutar.

Aunque de menor importancia, hay otros 6 pendientes anteriores a 1990. No obstante, el peculiar modelo urbanístico de Benidorm, una ciudad planificada a muy largo plazo desde sus orígenes, ha generado un crecimiento ordenado, que ha primado los edificios verticales y ha huído de la expansión de viviendas unifamiliares. Esta filosofía, única en la costa mediterránea, también permite que aún queden grandes extensiones de terrenos por urbanizar. Y eso que en las últimas cinco décadas, Benidorm ha construido cerca de 30.000 viviendas, a razón de más de 500 por año.

Ambas reflexiones cobran ahora un gran valor: deben guiar la revisión del PGOU que se apresta a abordar el Ayuntamiento y que según el edil de Urbanismo, Juan Ángel Ferrer, deben evitarán crear nuevo suelo urbanizable "salvo en alguna zona puntual que sirva para cohesionar el territorio". Ahora bien, hay que ejecutar el pendiente. Ferrer admitió que el desarrollo urbanístico desde los 90 "ha sido demasiado lento, por lo que hay que trabajar en desbloquear la multitud de litigios y contenciosos que se han producido en los diferentes planes parciales". Los técnicos consideran que, con la actual crisis que atenaza el sector y al ritmo actual de edificación, esas 30.000 viviendas aún pendientes pueden tardar entre 20 y 30 años.

El PGOU de 1990 contemplaba un total de once planes parciales. Seis de ellos debían ejecutarse en los cuatro años siguientes a la aprobación de ese planeamiento, pero en la actualidad sólo uno dedicado a uso residencial está ejecutado, el de Xixo, donde se han edificado 700 viviendas. Los demás han tenido una vida más dura, con litigios que aún llegan a nuestros días.

Es el caso del Plan Armanello, que podría incluir hasta 20 rascacielos y cuyo agente urbanizador es el constructor Enrique Ortiz. Después de una década, el plan por fin ha entrado en fase de correcciones técnicas para su reparcelación. Entre 2003 y 2009 también estuvo suspendida la tramitación del Plan de Poniente debido a la oposición de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que en estos últimos días ha dado su bendición al proyecto. Desde 2007 ya hay concedida en esta zona, la última de Benidorm con salida al mar aún pendiente de urbanizar, una licencia para alzar una primera torre que ahora podrá hacerse efectiva.

La propia CHJ, en cambio, aún tiene paralizado por afectar a un barranco el plan Médico Residencial, en las inmediaciones de Finestrat y Terra Natura, y que contempla unas 200 viviendas unifamiliares. Este es uno de los escasos proyectos de Benidorm que contempla la tipología de los chalés; otro es el del Plan Golf, con 1.500 casas y un campo de golf, cuyo futuro es aún más negro: nunca ha tenido estudio de impacto ambiental favorable y está afectado por la protección ambiental del Puig Campana. De esta época data también el Polígono Industrial, por el contrario, prácticamente ejecutado: ya hay pedida una licencia para una nave y el Ayuntamiento tramita un segundo acceso al recinto.

En los siguientes cuatro años -esto es, al final de la década de los noventa- el PGOU pretendía desarrollar otro famoso plan, el de las Discotecas, redactado por el propio Consistorio y adjudicado a la comunidad de propietarios. Por ahora está suspendido. En esta zona, se preveía situar el aprovechamiento urbanístico de un antiguo plan en Sierra Helada que no se pudo llevar a cabo por la declaración de ese espacio como parque natural.

Ya sin marcar plazo, hay otros 4 planes más. Todos pendientes. El del Murtal ha visitado en numerosas ocasiones en el juzgado y el agente urbanizador reclama una indemnización millonaria al Consistorio. No obstante, Ferrer se mostró convencido "de que pronto habrá buenas noticias para desbloquearlo". Por su parte, el plan de Sierra Helada se ha visto también afectado por la figura de protección del parque natural, con lo que está sometido a otro duro proceso de negociaciones, aunque junto al Rincón de Loix se podrían alzar 500 unifamiliares. Y sin tramitar está el plan del Salt del Aigua, junto al Palacio de Deportes.

Y por fin se encuentra el curioso Plan de Terra Mítica, un suelo gestionado por la Generalitat, que ya lo ha modificado seis veces, y donde el Ayuntamiento de Benidorm apenas ha podido influir. Ortiz y otras promotoras cuentan con autorización para construir 2.000 apartamentos y hoteles en una superficie de 200.000 m2 de techo.

Sólo el 7% de los futuros inmuebles, unos 2.100, serán de tipología unifamiliar

Benidorm seguirá apostando por el modelo vertical. Así lo contemplan los planes parciales aún pendientes, que de 30.000 futuras viviendas sólo prevén 2.100 unifamiliares, un 7% del total. Y eso como máximo. El PGOU de 1990 contempla además más de 500.000 m2 de cesión de suelo para zonas dotacionales. Con estos datos en la mano, el edil de Urbanismo, Juan Ángel Ferrer, señaló que mientras otras ciudades turísticas "apenas han tenido espacios para infraestructuras o calles, Benidorm, desde sus orígenes siempre tuvo un plan, lo que le ha permitido aplicar un urbanismo ordenado y convertirse en una ciudad sostenible, concebida para el turismo".

Esta circunstancia permite que el municipio aún tenga por desarrollar "los mejores suelos de la provincia, como los de Armanello o Poniente". Por esta razón, Ferrer añadió que lo que hace falta en la inminente revisión del PGOU no son nuevas extensiones de suelo urbanizable sino "mirar hacia dentro de la ciudad, permitiendo resolver aquellos desequilibrios que se hayan producido en estos últimos cincuenta años en los que Benidorm ha pasado de ser un pueblo a una ciudad". Entre esas asignaturas pendientes estarían la potenciación del uso hostelero en el casco antiguo o la regularización de los retranqueos.