La historia se repite. Una tromba de agua logró anegar ayer los viales del centro de Benidorm y otros puntos conflictivos como el Rincón de Loix, la Cala de Finestrat o algunas calles aledañas a barrancos. Apenas diez minutos de lluvia torrencial hicieron saltar las tapas de las alcantarillas inundando calles y provocando malos olores.

Con escobas y fregonas, algunos comerciantes se vieron obligados a salir a achicar agua para evitar que entrara en sus locales. Vehículos y peatones extremaban las precauciones para poder sortear las tapas del alcantarillado sin sufrir desperfectos o una caída desafortunada. No llegó a más porque la lluvia cesó,pero no es la primera vez que esto se produce y en puntos localizados, lo que desató las quejas de vecinos y comerciantes, que piden una solución a largo plazo que contemple estas trombas de agua esporádicas y evite mayores problemas.

No son los únicos, a las protestas de residentes y dueños de negocios se unen las de los turistas que no entendían "cómo en Benidorm, por cuatro gotas, se pone esto así", decía una mujer. Otros comentaban el fuerte hedor que surgía de las alcantarillas y se preguntaban si las aguas que anegaban el vial y en las que los viandantes se veían obligados a meter los pies, eran fecales.

El gobierno local aclaró ayer que los olores son normales pues llevaba sin llover en la ciudad desde mayo, y con las primeras lluvias se remueven las alcantarillas. El concejal de Escena Urbana, Conrado Hernández, destacó que no se produjo ninguna incidencia, salvo las habituales ya mencionadas, y aseguró que no sólo hay un cuerpo de emergencia preparado para actuar ante cualquier problema sino que se está limpiando el alcantarillado en diferentes etapas, así como los barrancos de la ciudad, para evitar cualquier incidente. Entre las complicaciones de ayer, también se contabiliza el retraso en las actuaciones del festival Turborock, ya que el recinto en el que se celebró el evento presentaba alguna fuga de agua por la intensa lluvia que cayó en tan poco tiempo.