No parece que fuera un "accidente" como confesó el joven Ramón García tras ser detenido por la Guardia Civil en mayo de 2009 como acusado de matar de dos tiros en la cabeza a su hermana Rocío, de 17 años y que se encontraba durmiendo en su habitación. Ramón García ha sido acusado por el fiscal de un delito de asesinato -inicialmente le imputaron por homicidio- y otro de tenencia ilícita de armas y tiene previsto solicitar en el juicio una pena de 20 años de prisión por el primer delito y un año más por el segundo. Además solicita que el acusado indemnice a los padres con 120.000 euros y a otra hermana con 30.000 euros.

En el escrito de acusación presentado por el fiscal en un juzgado de Benidorm que ha acordado la apertura de juicio oral ante un tribunal del jurado no se aprecia por parte de la acusación pública ninguna circunstancia que se le pueda aplicar para atenuar la pena. Todo lo contrario, el ministerio público solicita que se le aplique la agravante de parentesco en el delito de asesinato.

El fiscal no ha desvelado en su escrito de conclusiones provisionales el motivo real que originó este crimen pese a los múltiples comentarios surgidos tras la muerte de Rocío sobre la relación entre los hermanos. Según se recoge en el escrito de acusación, los hechos ocurrieron sobre las 9.30 horas del 4 de abril de 2009, después de que la noche ante el joven Ramón García mantuviera una "acalorada discusión con su hermana Rocío. La mañana del asesinato Ramón sabía que sus padres se habían marchado a trabajar y estaban solos él y su hermana en el domicilio familiar de l'Alfàs del Pi. Ante esta situación, siempre según la acusación del fiscal, el joven se dirigió a la habitación de sus padres y cogió una escopeta que estaba detrás de la puerta. La sacó de su funda a continuación y procedió a montarla y cargarla con el pasamanos y los cartuchos que estaban en un cajón de la mesita de noche de sus padres.

Indefensa

Nada más cargar la escopeta entró en la habitación de su hermana, quien se encontraba durmiendo en su cama, de espaldas a la puerta y "totalmente indefensa". "Guiado por el ánimo de acabar con su vida", relata el fiscal, le apuntó a la cabeza con la escopeta y efectuó dos disparos. Los dos tiros impactaron en la cabeza de la menor y le provocaron la muerte inmediata.

Una vez consumado el asesinato el acusado revolvió los cajones del dormitorio de sus padres, cortó el cable del teléfono, desencajó el marco de la puerta de entrada al domicilio y reventó la cerradura. Su intención era simular un robo y despista a los investigadores de la Guardia Civil, aunque los agentes apenas tardaron unas horas en verificar que se trataba de pistas falsas y por ello centraron las pesquisas desde un principio en el entorno más próximo a Rocío. Para el ministerio público Ramón García, que se encuentra en prisión desde el 7 de mayo de 2009, tenía "sus facultades mentales intelectivas y volitivas intactas en el momento de los hechos".

La escopeta utilizada para matar a Rocío era de la marca "Sarasqueta" y fue utilizada por el acusado sin tener licencia, de ahí que el fiscal solicita que además de los 20 años de prisión por asesinato sea condenado a otro año más de cárcel por tenencia ilícita de armas. El crimen fue descubierto por la propia madre de Rocío, que fue alertada por una amiga de su hija y tras acudir al domicilio descubrió el cadáver de la menor de 17 años. El ahora acusado llegó a coger el cuerpo y se la llevó en su coche a Urgencias del Hospital de Villajoyosa. Sabría que estaba muerta pero era una escenificación más del robo con homicidio que simuló con ningún éxito.