El pacifista francés Joel Buton, conocido por llevar doce años recorriendo Europa a pie como protesta contra las minas antipersona, llegó ayer hasta la Marina Baixa, en concreto a la localidad de Altea. Tiene 52 años, partió con cuarenta, y lleva caminados más de 45.000 kilómetros, empujando un carro de 230 kilos de peso donde guarda sus enseres, las pancartas con las que se manifiesta, las firmas que recoge para hacer más fuertes sus demandas y los miles de partes policiales que atestiguan las poblaciones que ha visitado. En cada localidad a la que llega, se persona en la Policía Local para hacer un manifiesto en el que explica su protesta y deja constancia por escrito de su paso por allí.

Hace unos días llegó a la Marina Alta. Tras pasar por Jávea, Dénia, Calpe y Benitachell, llegó a ayer a Altea y prevé seguir su ruta por la Marina Baixa en los próximos días. Mañana mismo estará en Benidorm. Su lucha está por encima de comodidades, aunque le está reportando su experiencia vital más importante. Subsiste gracias a la ayuda de la gente y, si no surge, duerme en la calle. Ayer, en el bar del paseo marítimo alteano "La Casa del Mar" encontró la amabilidad de la gente por un día. Hoy seguirá su camino, tratando de conseguir más firmas de adhesión y más eco mediático de su hazaña, para que su voz en contra de las minas antipersona se escuche cada vez más.

El activista ha estado caminando desde el 29 de mayo de 1999, cuando decidió iniciar este largo camino en pro de los derechos humanos. Arrancó desde los Campos Eliseos de París y desde entonces ha recorrido 25 países europeos empezando por Francia, Bélgica, Alemania, Austria, Suiza, Países Bajos, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Rusia, Estonia, Letonia, Croacia, Yugoslavia, Grecia, Albania, República Checa, Polonia, Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Luxemburgo, Italia y ahora España. De aquí partirá en dirección a Sevilla, para llegar a Portugal, a Lisboa.