El Ayuntamiento de Benidorm es estos días territorio vedado. Al menos, por lo que se refiere a los concejales del Partido Popular, quienes ayer se encontraron con serias dificultades para poder acceder al edificio público. Y es que, en el incremento de medidas de seguridad anunciadas la pasada semana por el equipo de gobierno local para controlar los accesos al Consistorio, se sumó ayer la orden de que ningún trabajador ni funcionario ajeno al equipo de Navarro pudiera acceder al edificio sin una autorización expresa del coordinador local de Seguridad, según denunciaron ayer el exalcalde Manuel Pérez Fenoll y el portavoz del PP, Antonio Pérez.

El Ayuntamiento permaneció ayer cerrado por el adelanto de la celebración del día de Santa Rita, patrona de los funcionarios. Sólo abrió por la mañana, para que los ediles Jaime Llinares y Mariola Fluviá ofrecieran una nueva revelación de la auditoría.

Desde el grupo municipal del PP censuraron ayer la actitud de Navarro, después de que Pérez Fenoll intentara acceder por la tarde a realizar tareas en su despacho y fuera informado por los policías que custodian el acceso de que no era posible si no lograban autorización. El portavoz de su grupo calificó el hecho de "inaudito", porque "a un miembro de la corporación no puede prohibírsele la entrada a un edificio público". Además, todo apunta a que las medidas serán hoy aún más duras: según el PP, la orden de Navarro recoge que sólo podrá entrar al Ayuntamiento el propio alcalde.