Música y mucho ambiente de fiesta pero no del que buscaba, en clave de campaña, Agustín Navarro. El colectivo gay de Benidorm no acudió a la fiesta que los socialistas montaron para ellos en la plaza del Calpí. Al menos, la gran mayoría no aparentaba serlo, pues llegó del brazo de sus cónyuges del sexo contrario. La fiesta "gay" anunciada por el alcaldable se terminó convirtiendo en una verbena de barrio, y con más gente sobre todo tras llegar él, sobre las once de la noche. Aun así, el alcalde estaba encantado y entendía que, dado que el montaje había atraído a un público diferente al pensado pero con ganas de pasarlo bien, lo que terciaba era disfrutarlo y dejar al colectivo homosexual para más tarde. Navarro bailó, habló, y brindó con los asistentes, que no cesaban de cogerle del hombro para robarle un minuto de conversación.

También estaba la gran mayoría de candidatos de la lista (y otros que no figuran en la misma, como Jaime Llinares y Eliseo Yus). De los nuevos rostros la más animada era María del Carmen Martínez, invitando a bailar a los que iban llegando. Y es que la convocatoria de "fiesta" era literal y no hubo por tanto discursos. Navarro estuvo todo el tiempo a ras del resto. Hasta que llegó el momento de emprender ruta hacia la zona gay de Benidorm y encontrarse con el público que esperaba ver en la céntrica plaza de Benidorm. No sabemos a cuántos pubs de "ambiente" fue. La edición no podía cerrar tan tarde.