Pocos faltaron. La familia solicitas de Benidorm acudió ayer en bloque a dar el último adiós a su compañero, Rufo Benito, en el sepelio que tuvo lugar a las 18 horas en el Tanatorio de La Vila, para seguidamente ser incinerado. Entre los presentes, además de su viuda e hijos, estaban sus amigos más allegados, como los ex ediles Luis Ángel García y Miguel Orenes; y la denominada "vieja guardia", Ángel de la Fuente, Miguel Mozo, Rafa Balongo, Jesús Fuentes e Ismael Esteve.

Asistió incluso la ministra Leire Pajín, que acudió con sus padres, Txema Pajín y la edil Maite Iraola. También asistió la subdelegada del Gobierno en Alicante y exregidora de Benidorm, Encarna Llinares, y la compañera de partido Mari Luz Barrios. Del grupo de gobierno actual, el alcalde, Agustín Navarro, y los concejales Mariola Fluvià, Jaime Llinares y Juan Ramón Martínez. Se sumaron miembros de la candidatura socialista que concurre a los próximos comicios, como el número 2, Juan Ángel Ferrer; y funcionarios del Ayuntamiento de Benidorm , alguno jubilado, como Julián Mora, antiguo oficial mayor. También se despidieron de él compañeros de Corporación cuando fue concejal de Comercio, de la bancada rival, como Salvador Moll y Miguel Llorca, éste último en la candidatura del CDL que lidera en la ciudad Gema Amor, que igualmente asistió. Y hubo sonadas faltas. Ni un sólo edil del PP (ni siquiera Manuel Pérez Fenoll, alcalde hasta que Benito se jubiló en 2009, como secretario del Grupo Socialista, o Francisco Saval, que ya era regidor cuando lo era el fallecido en los 90). Pero tampoco asistió quien fue su alcalde, Manuel Catalán Chana. Claro que nadie pareció lamentar estas ausencias en una homilía que el cura basó en ponderar la personalidad del fallecido, extraída ésta de las manifestaciones expresadas por sus antiguos compañeros.