El "Pesgamar", uno de los barcos de la flota pesquera de La Vila Joiosa, colisionó en la madrugada de ayer contra un velero que se encontraba navegando frente a la costa de Ibiza. El brutal choque rompió por la mitad el velero, bautizado como "Vagabundo III", sobre las cinco de la madrugada. En el mismo viajaban cuatro hombres, oriundos de Zaragoza, ninguno de los cuales sufrió heridas de consideración.

Según fuentes cercanas a la investigación, la colisión pudo deberse a la mala iluminación del velero, aunque es un dato por confirmar hasta que concluyan las diligencias abiertas ayer por la Guardia Civil, que serán las que determinen las responsabilidades del accidente.

Según explicó ayer el armador del "Pesgamar", Juan Galiana, su barco, en el que faenaban cuatro pescadores, estaba faenando por la misma zona que lo venía haciendo durante toda la semana, frente a la bahía de San Antonio (Ibiza), cuando embistió contra el velero. No quiso, sin embargo, aventurarse a comentar las causas que pudieron originarlo, destacando que "lo importante es que no hayamos tenido que lamentar perdidas humanas, y lo demás corresponde a la Guardia Civil investigarlo".

Tampoco el patrón del pesquero, ni el del velero (ambos con amplia experiencia en la mar), quisieron pronunciarse sobre el asunto cuando ayer se recomponían del susto en el puerto de La Vila, donde arribaron en el "Pesgamar" ambas tripulaciones sobre las 12.45 horas. Y es el que el susto que todos traían consigo se reflejaba en sus rostros pese a haber pasado más de ocho horas tras la colisión. Marcos, uno de los cuatro amigos que viajaba en el "Vagabundo III", firmaba ser consciente de que había "vuelto a nacer", e intentó incluso bromear con los agentes de la Guardia Civil cuando, al ser preguntado por su fecha de nacimiento, respondió "cual de las dos". Tanto él como sus acompañantes, Enrique y Oscar, dormían cuando sucedió el desastre. "Nosotros estábamos en los camarotes, y el barco hizo agua en tres minutos. Salimos todos como pudimos, echamos la "zodiac" y la lancha oficial hinchable que teníamos y a los tres minutos ya estaba el barco pesquero iluminándonos con sus luces echándonos los cabos y salvavidas", explicó Marcos, quien destacó de los marineros vileros su "comportamiento extraordinario". "Nos han quitado el susto, nos han dado comida y ropa, y sólo podemos estar agradecidos, porque estamos vivos, estos rasguños han sido del momento de subir, no del accidente", añadió.

Su amigo Enrique coincidía con él en lo rápido que sucedió todo. "Estaba durmiendo cuando noté el choque y al levantarme ya tenía el agua hasta los tobillos". Oscar, también estaba durmiendo, "en proa, y cuando intenté abrir la puerta vi que estaba atascada... no sé cómo salí, tuve suerte", explicó.

El grupo regresó ayer a Zaragoza, por carretera, no sin antes afirmar que volverán a navegar.