La Guardia Civil investigó al club Mesalina de Finestrat, donde supuestamente se planeó el crimen del alcalde de Polop, por tener a empleados trabajando de manera irregular y sin asegurar, según se desveló ayer durante un juicio por tráfico de drogas al encargado del prostíbulo. Los agentes habían recibido una denuncia de un trabajador del Este de Europa que habría estado en esa situación, lo que motivó una inspección por sorpresa en el local a fin de sorprender a personal en situación irregular.

La inspección se llevó a cabo en noviembre de 2007, un mes después del asesinato de Alejandro Ponsoda y los agentes pretendían imputarle un delito contra los derechos de los trabajadores. Sin embargo, las pesquisas resultaron en vano porque lo único que se encontró fue una bolsa con 17,5 gramos de cocaína en roca en los bolsillos del encargado, Ariel Alberto Gatto, motivo por el que ayer se le juzgó por un presunto delito contra la salud pública.

Gatto está en prisión acusado de ser uno de los presuntos autores intelectuales del asesinato del alcalde de Polop. La Guardia Civil le considera una de las personas encargadas de localizar a los pistoleros que llevaron a cabo la ejecución. La principal prueba es la declaración de un testigo protegido, que trabajo como portero y a quien los conspiradores habrían ofrecido el trabajo en primer lugar.

Las defensas de los acusados están tratando de probar que este testigo miente y uno de los aspectos en los que se basan es que no trabajaba en el local en las fechas en las que dice que ocurrieron los hechos. Por ello, las revelaciones del juicio de ayer podrían condicionar la marcha de esta otra investigación.

Gatto se sentó en el banquillo de la Audiencia ayer por un delito de tráfico de drogas, por el que se enfrentaba a cuatro años de prisión. El acusado aseguró que la droga que tenía en el bolsillo era para su consumo propio. "La tomaba en mi despacho o en el lavabo. Estaban prohibidas las drogas dentro del local", aseguró. Los agentes también le encontraron 700 euros en efectivo dentro del bolsillo. Los agentes no encontraron ni balanzas de precisión ni bolsas ni material para el corte de la droga durante el registro. Por todo ello, su abogado defensor solicitó la libre absolución del procesado.